Decir que A.J. Croce ha grabado su primer disco eminentemente soul resulta tan acertado como podría transmitir la inexacta idea de situarle ajeno hasta este momento respecto a las influencias sonoras de raíz negra. Pese a la innegable evolución propia que ha experimentado el norteamericano, es evidente que sus primeros pasos circulaban íntimamente ligados al jazz, R&B y similares. Quién sabe si en un afán por retomar aquellos matices, el precozmente talentoso hijo de Jim Croce se une a otro mítico nombre como es Dan Penn para obtener diez gemas de regusto clásico y a la vez, y ahí reside el mérito, bajo un tratamiento personal. El siempre presente reflejo en su forma de tocar el piano de los Allen Toussaint, Leon Russell o Randy Newman, en un trabajo como este alcanza mayor notoriedad , extendiendo ese influjo hasta la profundidad de un Dr. John («Gotta Get Outta My Head») o tiznándolo de gospel («The Other Side of Love»). Un ejemplar homenaje a las formas tradicionales al que por si fuera poco añade su genial punto de vista, especialmente logrado en la grandiosa «Cures just like Medicine» o la desnuda «I Couldn’t Stop».
KEPA ARBIZU