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Daniel Romano – Sala Boite (Madrid)

BAJO EL SÍNDROME DE DYLAN Y POSEÍDO POR LOS WHO

(Post Data a la entrevista de Daniel Romano)

Tras el último viraje estilístico del músico canadiense, el que supuso el notable “Modern Pressure”, había cierta expectación por descubrir a quién encontraríamos sobre el escenario. Era muy poco probable que sacara a pasear las hechuras de Nashville, pero quedaba por resolver si quedaría algo de ese deje dilanesco de su última visita o si, por el contrario y por pura teoría gravitacional, atraería a su órbita al Daniel Romano que coqueteaba con la new wave y el power pop en este último trabajo.

Poco tardamos en descubrir que el inquieto multiinstrumentista se encuentra sumido en una constante, fulgurante e inevitable huída hacia delante, sólo fue necesario escuchar un par de acordes poderosos escupidos por su guitarra y la complicidad de un sólido baquetear, contundente pero dinámico, al estilo de Keith Moon. Quizá estuviéramos algo sugestionados por la majestuosa presencia ese tremendo doble bombo, pero inequívocamente el hermano de Daniel estaba poseído por él y forjaría los cimientos sobre los que se asentaría todo el concierto.

Todo era distinto… Costaba trabajo reconocer las canciones de “Modern Pressure”. Es posible que estuviera jugando a ser Dylan, o quizá sea cierto que no vuelve a escuchar sus discos y es así como las recuerda. O quizá sea realmente un genio y simplemente disfrute tomándonos el pelo a todos sus fans mientras se deja llevar por las sensaciones que siente en cada momento. Bueno, también jugó un poco a su banda, a la que maltrató sin setlist y que sudaron tinta china para seguirle, como hacía Chuck Berry con las bandas que le acompañaban en cada ciudad.

Ahí estaban los Jazz Police intentando adivinar en qué traste había colocado la cejilla y con su novia, desde el Farfisa, sin quitar el ojo del mástil, queriendo imaginar qué sucesión de acordes seguiría. Daniel estaba deconstruyendo sus propias canciones, puede que presentando una enmienda a la totalidad del power pop; aunque de alguien como él habría sido deseable que no hubiera necesitado versionar el “My Generation” de los Who y el “I Wanna Be Sedated” de los Ramones. De hecho ya lo había logrado grabando “The Pride Of Queens”, con esos guitarrazos y ese guiño a Bo Diddley durante la actuación. Quizá fuera para restar presión al pobre bajista, que se tuvo que apañar para sacar adelante el concierto con sólo tres cuerdas, y quizá habría sido excesivo enfrentarle a las canciones de “Mosey”, que se antojan más complejas en estructuras y arreglos.

El show fue breve, pero intenso. Como siempre. Es inútil echar de menos las canciones de sus anteriores discos o a un Daniel Romano que nunca volverá, porque éste está aquí hoy, pero mañana también se habrá ido… Quizá…

Texto y fotos: J.F. León

 

 

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