Imagen

Blade Runner 2049 (Dennis Villeneuve)

 

 

En un Hollywood actualmente dominado sobre todo por blockbusters, franquicias y secuelas, era lógico tener reservas hacia la segunda parte de ese tótem que sigue siendo «Blade Runner». Pero que Ridley Scott (que en esta ocasión ejerce de productor: muy ocupado está con las precuelas de “Alien”), delegase la dirección a Denis Villeneuve ha sido todo un acierto. Al igual que en su anterior película («Arrival»), Villeneuve imprime aquí un ritmo a menudo sosegado que resulta atípico en una película que podía limitarse a una simple caza de replicantes. Afortunadamente en «Blade Runner 2049» encontramos un respeto absoluto hacia las premisas originales, tanto en ideas (no en vano participa Hampton Fancher, uno de los guionistas del primer film) como en estética (impresionante fotografía de Roger Deakins, para saborear con fruición cada secuencia) e incluso la música (aunque la nueva partitura de Hans Zimmer y Benjamin Wallfisch es más áspera que la que compuso en su día Vangelis).

Se ahonda en el tema de la humanidad de los replicantes, hasta el punto de imaginar cómo podrían ser las relaciones sentimentales en un futuro (algo que ya se planteaba en “Her”). Era harto difícil conseguir un replicante de la talla de Roy Batty (el gran papel de Rutger Hauer) y, sin embargo, la elección como protagonista del cara-palo Ryan Gosling resulta acertada, dotando a K de credibilidad. Por su parte, Harrison Ford y Ana de Armas, los otros protagonistas principales, también convencen en sus respectivos roles.

Es cierto que de los 163 minutos podría haberse recortado alguna secuencia de acción para profundizar más en el inquietante personaje de Wallace, a cargo del camaleónico e infravalorado Jared Leto, protagonista de películas tan variopintas como “Chapter 27” (encarnando al asesino de John Lennon), “Mr. Nobody” o “Dallas Buyers Club”. Pero en términos generales, «Blade Runner 2049» mantiene un meritorio equilibrio abordando diversos géneros y sigue planteando interesantes reflexiones existenciales. Porque al común de los mortales nos intriga el sentido de todo esto que llamamos vida, seamos o no replicantes.

Texto: Jordi Planas

 

One Comment

  1. Muy buena película, digna secuela de la original. La fotografía, impresionante. Y para los mitómanos de la primera, es una delicia jugar mientras la ves a identificar los «ecos» de aquélla.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Contacto: jorge@ruta66.es
Suscripciones: suscripciones@ruta66.es
Consulta el apartado tienda

Síguenos en Twitter