Sam es uno de los artistas predilectos del género americana entre los ruteros de botas y sombrero. Y eso que este jovenzuelo tan sólo cuenta con dos trabajos publicados, el último de ellos este pasado 14 de abril bajo el sello independiente canadiense Six Shooter Records. Que Tenderheart es una obra de arte no os lo voy a descubrir yo, otras plumas mucho más respetables ya lo han alzado como uno de los mejores álbumes de lo que llevamos de año. Nos visita en un par de semanas: 17/10 El Sol (Madrid), 18/10 Loco Club (Valencia), 19/10 Rocksound (Barcelona), 20/10 Las Armas (Zaragoza), 21/10 Museo Marítimo (Bilbao).
El señor Outlaw, que ha pisado nuestras tierras en varias ocasiones en los últimos dos años, ha sacado un hueco dentro de su gira para responder unas cuantas preguntas. Además de adentrarnos en las entrañas de Tenderheart hemos conseguido que nos adelante que antes de terminar el año nos volveremos a ver las caras en escenarios patrios.
Da la impresión que Tenderheart transmite algo más de madurez que Angeleno, ¿estás de acuerdo con esta afirmación? El hecho de haberte convertido en padre recientemente, ¿ha influido en tus composiciones?
Tenderheart es un álbum surgido tras dos años muy intensos. Prácticamente no he dejado de estar de gira y además, como dices, me he convertido en padre. Obviamente se trata de un periodo en el que he madurado tanto musicalmente como personalmente, algo que creo que se ve reflejado en este disco.
También percibimos menos toques de las fronteras del sur de Estados Unidos, ¿dónde te has dejado a tus amigos mariachis?
Estuve pensando en añadir más instrumentación en varios cortes, pero lamentablemente contábamos con una agenda y un presupuesto ajustado. Finalmente tan sólo lo hicimos en el primer tema del álbum, «Everybody´s Looking for Home». ¡Todos estos instrumentos cuestan mucho!
Para la grabación de Tenderheart también te has pasado al otro lado de la sala de mandos, co-produciendo de la mano de Martin Pradler. Esto supone un cambio respecto a tu primer disco, ¿hay alguna razón específica, o simplemente buscabas algo de exploración o puntos de vista diferentes?
Simplemente tuve el presentimiento de que trabajar con Martin iba a ser divertido. No me equivoqué, nos instalamos en el estudio que tiene en su casa y conseguimos obtener todos los sonidos que estábamos buscando.
En cambio, la mayoría de los músicos de estudio sí que son los mismos. ¿Hasta qué punto contribuyen al resultado final?
Los músicos han sido absolutamente esenciales en el resultado final de las grabaciones. Llevo tocando con ellos desde hace varios años así que nos conocemos perfectamente y claramente existe química entre nosotros.
¿Cómo surgió la oportunidad de trabajar con músicos de la talla de Taylor Goldsmith (Cantante de Dawes) y Bo Koster (Teclado de My Morning Jacket)?
Conocí a Taylor (Goldsmith) en algún momento de 2008 por amigos en común. Durante años mantuvimos el contacto, pero no fue hasta 2014 cuando aceptó prestarme su ayuda para la grabación de mi primer álbum. A Bo (Koster) también le conocí por amigos en común, en este caso Kelly Winrich de la banda Delta Spirit. Ambos son personas extraordinarias que siempre han sido muy generosas con su trabajo y apoyo.
Háblanos un poco de la vida en la carretera. La gira que acabas de comenzar es tremendamente apretada, con fechas casi todos los días durante varios meses. ¿Cómo lo llevas?
Durante las giras siempre intento sacar ratos para estar sólo y también para llamar a mi familia. La vida en la carretera genera un estrés que puede llegar a ser abrumador, por lo que siempre trato de cumplir con esos trucos para llevarlo de la mejor manera posible.
Durante los dos últimos años has tocado en varios países europeos, ¿qué te ha parecido la acogida del público a este lado del charco?
La experiencia tocando en Europa ha sido apasionante, especialmente en España. ¡Resulta irónico, pero mi ciudad actual, Los Ángeles, no es mi mejor mercado!
¿Podrías enumerarnos algunas de tus bandas actuales favoritas?
Sí claro: Dori Freeman, Kendrick Lamar y Jóhann Jóhannsson.
Texto: Pablo del Valle
