El músico de Illinois se ha lanzado en su cuarto disco a la autoedición con una campaña de Kickstarter. Y, por suerte, lo grabó. The Pilot and The Flying Machine es uno de esos trabajos sonoros que enganchan desde la primera escucha, por el talento compositivo de su autor, por su voz inconfundible y por sus melodías preciosistas. Delicado e introspectivo, aunque igualmente reivindicativo. El disco lo grabó en la Douglas Avenue United Methodist Church en Springfield y se nota, en esa calidad acústica que le da a las canciones. Con ricas orquestaciones que acompañan a su guitarra perfecta, es este un disco para disfrutar y paladear canción a canción, como si de un viaje por la nubes se tratara. Sus canciones tratan de eso, de viajes en diferentes formas, de historias personales como en «The Voyage of John and Emma», donde nos relata el periplo que sus ancestros realizaron desde Inglaterra a América hace ya muchos años. Inspiradas por el dibujo de portada que da título al disco, obra de Michael A. Dunbar, las canciones de The Pilot and the Flying Machine narran viajes, visiones de la tierra y desde la tierra, emociones y sentimientos. Escucha incansable desde que lo descubres, exquisito.
ANABEL VÉLEZ