Otro combo sueco a añadir a la larga lista de formaciones de rock’n’roll que no paran de llegar de tan gélida tierra. Dead Lord son un cuarteto que juega en esa liga retro de la que también son partícipes bandas como Horysont. Pero si estos juegan con varias cartas setenteras sin decantarse por ninguna en concreto, Dead Lord no ocultan su fijación por Thin Lizzy y Phil Lynnot. Todo lo que se puede escuchar en este nuevo trabajo —el segundo de su carrera— hace pensar en la legendaria formación irlandesa. Las armonías a doble guitarra, los fraseos vocales de Hakim Krim, la estructura de las composiciones… Obviamente algo tan deudor puede ser un hándicap para algunos, y es comprensible. Pero si se consigue aparcar los prejuicios derivativos uno puede llegar a disfrutar con todo lo escuchado en este trabajo. Una producción muy orgánica consigue darle cuerpo y mucha vida a canciones que pueden llegar a ser muy resultonas. «Farewell» (¿el «Jailbreak» del nuevo milenio?), la ultra melódica «No Regrets» o la roquera a tope «Don’t Give a Damn» pueden calar entre los seguidores de la banda de Phil Lynnot y del rock más deudor de los setenta. Queda claro que Dead Lord no engañan a nadie. Para combinarlos sin problema con Black Star Riders.
XAVI MARTÍNEZ