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Cooper – Kiosko Miramar (Alicante)

Un tablón de 2 x 1 colocado encima de ladrillos es todo lo que necesita una de las estrellas de nuestro pop-rock para marcarse un bolo de lo más refrescante. De pie (de otra manera solo le habríamos visto los de primera fila) y armado con una Ibanez semicaja, el evento tuvo lugar en el Miramar, un chiringuito de la playa de El Postiguet. Álex nos informó de que es nacido en Alicante, y presentó (a nadie le importó el retraso, las cañas iban que volaban) a Mario Álvarez («yo tocaré sentado, no he traído correa») en la otra guitarra y en el otro metro cuadrado del tablón.

A pesar de que ya cuenta 50 primaveras (capitaneando el proselitismo mod en nuestro país) su voz continúa resplandeciente como la de un adolescente que se está vistiendo para salir. Sus letras también versan, en gran medida, sobre el asunto generacional (paso del tiempo, pérdida de la juventud, lucha contra prejuicios…). Carisma empático a la hora de presentar las canciones. Lleva muchos años haciéndolo, pero no pierde el entusiasmo («¡ya veréis qué bien lo vamos a pasar!») y adereza los intermedios con anécdotas sobre el origen de los temas, correrías de otros tiempos y saludos a los más fieles de los asistentes. También mencionando sus referencias, que no se ciñen a las más obvias (The Who, The Jam, The Beatles…). De hecho, hubo tiempo para un cover de Elvis Costello («Alison», del disco de debut del músico londinense, «que se note que mis padres me pagaron la filología inglesa»), otro de Nacha Pop («Alta Tensión») y uno más de Los Bólidos («Ráfagas»).

Muy pronto sonó «El asiento de atrás», que cerraba «Popcorner (30 años viviendo en la era pop)». Nos habló del rodaje del videoclip en Portugal y de lo difícil que resulta conducir una de esas furgonetas Volkswagen vintage. Esa y «No quiero recordarte» eran las dos novedades de ese trabajo-celebración.

«Retrovisor» (2004) y «Aeropuerto» (2009) fueron los discos más recurridos del set-list, aunque hubo tiempo para «Primer día» (extraída de «Universo», publicado en 2012), dedicada a su hija en lo que respecta a la letra y a «los presentes que han tenido que pedir permiso a sus hijos para poder venir» en lo que respecta al concierto. Y, cómo no, para Los Flechazos, con «A toda velocidad», «La chica de Mel» y «Suzette». Gran compenetración con Mario. Dos guitarras perfectamente ensambladas.

Los más devotos rendían pleitesía a la música y estética de Cooper con camisetas, chapas o indumentaria similar. Incluso algunos de los niños que se sentaron en primerísima fila se sabían las letras de esas canciones que nacieron mucho antes que ellos. También cupieron paseantes que se detenían extrañados al ver a dos guitarristas con pelo raro en el bar-de-los-calamares.

Gran noche playera alicantina. Agradecemos a Cooper su habitual entrega y al Kiosko Miramar la iniciativa. Gratis y todo… ¡que se repita!

 

Texto y foto: Israel Gil

 

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