No es uno de esos tótems del blues. Más bien todo lo contrario. Sherman Robertson era un currante. Uno de esos músicos que lleva el blues en la sangre, ajeno a reconocimientos mediáticos. Nacido en Nueva Orleans aunque afincado en Houston, lo suyo era el blues tejano de toda la vida. Y eso que la llamada de la música le llegó viendo a Hank Williams en televisión, aunque rápidamente decidió que él quien quería ser era Freddie King. Lástima que, en 2012, durante un concierto en Alemania, un derrame cerebral pareció apartarlo para siempre del mundo de la música. Por ello este DVD es un regalo del cielo. Porque nos permite disfrutar de su música en el mejor momento. En un concierto celebrado en 1999 en Chichester, Inglaterra. Una actuación que permite ver como influyeron en él las enseñanzas del gran Clifton Chenier, hecho que llevó a su propuesta hacia el zydeco, y comprobar además la capacidad vocal que atesoraba, con gran influencia de la música soul. Son solo cinco canciones y tres largas entrevistas, dos con el propio Robertson y la otra con el productor Mike Vernon que no hacen sino reafirmar que estamos ante uno de los secretos mejor guardados de Texas.
EDUARDO IZQUIERDO
