Tras su paso por Bilbao y Barcelona, el quinteto de Chicago se despedía de territorio patrio en una acalorada velada. La opción capitalina nos citaba en la Sala Costello, lugar idóneo para vivir a las bandas en primera persona y entrar en calor a las primeras de cambio. Pero con los termómetros callejeros rozando los 40 grados al anochecer, el sótano abovedado de Costello ya se asemejaba más a una sauna averiada que a una sala de conciertos.
El trío vallecano No Crafts contribuyó al primer subidón de temperatura con su potente rock garajero con aires ochenteros. Tras ingerir de manera obligada un par de cervezas más, vimos como The Orwells saltaban al pequeño escenario encajándose en sus posiciones como piezas de tetris. El primer fogonazo fue con «Black Francis», de su último álbum Terrible Human Beings (Atlantic, 2017) y la temperatura ya fue in crescendo hasta el final. Mario Cuomo no paró quieto un segundo, lanzándose al público en repetidas ocasiones. Dieron buena cuenta de del último álbum casi al completo, intercalando además éxitos más reconocibles como «Who Needs You» o «Mallrats (La La La)». El goce no cesó durante cerca de una quincena de canciones hasta la sublime «Double Feature» con la que también cierran el álbum. Un rato después el batería me reconoció que tuvieron que acortar en un par de temas su actuación porque no aguantaba más el calor.
The Orwells, como evidentes abanderados del post punk actual, se dejan la piel cada noche y parecen tener muy claro hacia dónde se dirigen. Algo me dice que la próxima vez no tendré la suerte de verles tan de cerca, seguramente esté más cerca de la barra o del aire acondicionado.
Texto: Pablo del Valle
Foto: Adrián YR
