La otra noche fue una velada de alegrías y tristezas. Alegría, por los pedazo de conciertos que se marcaron tanto Joseba B. Lenoir en su formato de trío como por el del australiano Hugo Race, muy bien secundado por los italianos The Fatalists que recientemente también cumplieron sobradamente acompañando a Alejandro Escovedo. Tristeza, por la poquísima gente congregada en el Antzokia para verlos. Una de las peores entradas que recordamos nunca, aunque al final se juntaron cerca de 100 personas que disfrutaron de lo lindo con ámbos conciertos. A pesar del escaso público (eran muy malas fechas y un fin de semana de deserción vacacional masiva) ninguna de las bandas se guardaron nada en el tintero.
El beratarra Joseba B. Lenoir estuvo muy bien escoltado por dos neskas giputxis a la batería y a la guitarra. Ofrecieron un show eléctrico y electrizante en el que tiró de teclados (también los manipuló de vez en cuando la guitarrista) y hasta de 4 guitarras diferentes. Los mejores momentos los brindó con su propio Old Black y realmente recordó en sus notas desbocadas y en sus movimientos espasmódicos al más violento Neil Young, al frente de los Crazy Horse.
Esto todavía fue más latente aún en el impactante bis con «Izorra Hadi» en el que se paseó alucinado por el escenario. Cuando cantó la guitarrista nos acordamos de la primera PJ Harvey y los repetitivos ritmos a la batería en algunos temas nos recordaron a Moe Tucker llevando el pulso a la Velvet Underground. Agradeció en un par de ocasiones la satisfacción personal de poder abrir para un hombre del prestigio de Hugo Race.
Hacía años que no seguía la pista al australiano Hugo Race y hacía años también de la última vez que lo vi en directo. Aquella vez lo gocé a tope y en los días previos había estado recordando esos buenos momentos con sus viejos discos con The True Spirit, mayormente en el prestigioso sello, Glitterhouse Records. El concierto estuvo centrado, sin embargo, en material más reciente y no conocido para mí. Especialmente se centró en su último y, al parecer por lo escuchado en el concierto, buen trabajo, «24 Hours To Nowhere», a nombre de Hugo Race Fatalists. Su base sigue siendo el blues y sigue recordando en bastantes momentos, también a su maestro y mentor Nick Cave con el que estuvo varios años en The Bad Seeds. Solventaron los iniciales problemas de sonidos con los saxos y se enfrascaron en buenos duelos con su guitarra y la del veterano italiano que se encargó con gusto de la segunda. Hacia el final y en el extenso bis recuperó algunos temas de antaño con The True Spirit y así redondeó una gran actuación sin desperdicio alguno. Por momentos también añadieron detalles soul que sumados a su intensidad rock recordaron a los mejores The Afghan Whigs. Esperemos que haya próxima y cercana vez y que, con mejores fechas, más asiduos se acerquen a disfrutar de un tipo que todavía está muy vivo y con muchas cosas que decir.
Texto: Txema Mañeru
Foto: Dena Flows
Las dos neskas giputxis son dos profesionales con nombre propio. Joseba las presentó pero, al parecer, Txema Mañeru no considera importante citarlas. Son Ilargi Agirre a la batería y Miren Narbaiza, bajo, guitarra y teclados.