Lo siento por la comparación pero habiendo visto en relativamente corto espacio de tiempo los shows de Marky Ramone y CJ Ramone, la propuesta del segundo gana por goleada. Casi se le podría acusar de abusón. Con una prominente barba blanca, el hombre que puso su bajo a discos como Loco Live, Mondo Bizarro o Acid Eaters dio un show rotundo y convincente en un Rocksound hasta la bandera. Tras una más que notable puesta en escena de los locales F.A.N.T.A. que lo pusieron todo patas arriba con la inevitable «Quiero ser un Ramone» apareció un CJ motivado, demostrando que es un profesional enorme.
Es fácil pensar que el último bajista de los Ramones lo tenía fácil con la sala repleta de camisetas logos de los neoyorquinos (ninguno con el nombre de CJ en la estampación, por cierto) y un repertorio que aseguraba buena parte de la artillería pesada de la banda, pero lo cierto es que los temas de su muy buen American Beauty no desentonaron para nada, con especial atención a ese «Let’s Go» que es ya todo un himno. Pero claro, es que cantar “hey ho let’s go” a grito pelado y puño en alto mola mucho. Pero mucho. Y cuando fueron cayendo temas como «Rockaway Beach», «Gimme Gimme Shock Treatment», «I Wanne Be Your Boyfriend» o la citada «Blitzkrieg Bop» la sala entraba en ebullición. Además tuvo el detalle de acabar el show con la imprescindible «R.A.M.O.N.E.S» de Mötorhead. Show para recordar.
Eduardo Izquierdo
