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Legión – Noah Hawley (FX)

Marvel con drogas. Así anunciaron en los foros no oficiales la nueva creación del showrunner Noah Hawley, genio audiovisual y responsable de la serie Fargo. Con ocho episodios emitidos y ya anunciada una segunda temporada, el arranque de Legión ha removido a haters y followers provocando opiniones encontradas y erigiéndose nuevo hype del reciente drama televisivo. La serie irrumpe con un piloto esquizoide y agotador donde se presenta al personaje creado por Chris Claremont y Bill Sienkiewicz para las páginas de New Mutants: David Heller, el hijo ilegítimo del profesor Charles Xavier, pope de los X-Men. En líneas generales, un poderoso telépata con una psique Thermomix acosado por un siniestro grupo gubernamental y un maligno parásito mental al que los más avezados en materia marvelita reconocerán como Ahmal Farouk, el Rey Sombra. Hasta ahí todo cuadra con los tópicos del universo mutante. Pero la nueva cabecera de Fox se transforma en mucho más que eso cuando logras superar el chute de locura audiovisual de sus cuatro primeros episodios. Psicodélica, impertinente, espasmódica y tramposa, la serie se repliega una y otra vez sobre sí misma en un caleidoscopio espacio temporal donde los espejismos y  la realidad encajan como un puzzle paranoide con ecos a Matrix, Dr. Who, La naranja mecánica, Utopía, La fuga de Logan, Doom Patrol, el Nolan de Inception, la paranoia pop de Mike Allred, el David Lynch más perturbador o la imaginería retrofuturista de 007. Impecablemente realizada y preñada hasta las trancas de secundarios dignos de un folletín pulp, Legión es un brillante ejercicio de cinismo para la ciencia ficción contemporánea. Hiriente y divertida cápsula televisiva.

 

EMILIO R. CASCAJOSA

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