Ya están plastificados y dispuestos a profanar tu domicilio, derribando la puerta a base de contundencia y velocidad. Una de las bandas más en forma del panorama punk-rock nacional, curtida a base de compartir escenario con referentes históricos y de meterse en mil y un líos, ficha por el sello andaluz y comprime en ocho canciones sus declaraciones de intenciones. A saber, nervio, músculo y desenfreno. No parecía sencillo, plasmar en un álbum la onda expansiva que emiten sus canciones. Ellos se han salido con la suya, achicharrando altavoces con abrumadoras bofetadas sónicas como «Die, Die Now», «In Between Her Thighs» o el «A Wamba Buluba» que le dedican al club barcelonés que más y mejor les ha apoyado. A tumba abierta, con la voz del incomparable Sardi abriéndose paso entre nubes de distorsión y rocosas estructuras rítmicas procedentes del pulso entre bajo y batería, Sinciders parecen tenerlo claro. O crees firmemente en ello o eres uno más. Ellos defienden con uñas y colmillos lo que Marc Tena y el incombustible Mike Mariconda les grabaron en los solicitados Sants Studios hace justamente un año. El proceso ha sido largo, el resultado ahí está, disponible para ser juzgado. Y disfrutado si el punk es lo tuyo, sin duda. Como guinda, un «Motor Bikin’» que le piden prestado al enorme Chris Spedding.
ALFRED CRESPO
