Ha colaborado con unos cuantos amigos y varios han sabido extraer lo mejor de él. En esta ocasión, ese tipo de colaboración le ha servido además para dejar atrás un bloqueo creativo. Preparando su nuevo disco, del que tenía varias ideas en las que trabajaba abocado a un callejón sin salida, Lanegan recibió un correo electrónico del músico inglés Rob Marshall, líder de la banda Exit Calm, quienes habían teloneado a Lanegan cuando giraba con Soulsavers. Las canciones que Marshall le presentó le convencieron, tanto como para dejar de lado lo que tenía y volcarse en ellas; aunque finalmente firman en común seis, y las otras cuatro son de Lanegan y su habitual colaborador Alain Johannes. Sin conocer esta historia, bien podrían pasar todas por temas compuestos por Lanegan, ya que no hay novedades rompedoras que las diferencie rotundamente de otros temas que haya publicado anteriormente. Si acaso, se le nota una energía renovada, una interpretación más segura con su voz profunda y rocosa en los temas más pausados («First Day of Winter», «Sister», «Goodbye to Beauty») y una mayor integración de las texturas electrónicas que revestían hitos como Blues Funeral para hallar algo más orgánico, que distrae menos la atención y que aporta cortes sobresalientes como «Old Swan», «Beehive» o «Death’s Head Tatoo».
XAVIER VALIÑO