División crowehead. Unos escépticos y otros babeando. Yo en el segundo grupo. Ver juntos a Rich Robinson, Marc Ford y Sven Pipien (también iba a formar parte del proyecto el difunto Eddie Harsh) hace salivar cuando los Black Crowes han sido una de las bandas de tu vida. Ningún problema con ellos. Tocaron muy bien y fue un absoluto placer verles compartir escenario. El resto me hizo cambiar de opinión. John Hogg, a la voz, a parte de ser mulato y llevar dreadlocks, se mueve como Marley, lo cual lógicamente no debería ser ningún problema. Pero si cantas los temas de Rich y Chris, como Chris, el cual también se movía como Marley muchas veces, el tufillo a banda tributo asoma por el horizonte. Rich: «Tocaremos algunos temas de Marc, algunos míos, versiones y algún tema de esa banda en la que estuvimos». 70% de lo último. Sobre el papel suena bien, pero con Hogg aportando mucha técnica en imitación (se adapto a las características de todos los vocalistas de las bandas a las que versionaron) y poca personalidad (lo cual le sobra a Chris) y unas jams que en mi opinión ni rozaron la inspiración de las de BC…comienzas a recordar sus memorables recitales del pasado, se te empieza a revolver todo y a tomar por culo el bolo. Demasiado personal. Lo escribo desde las entrañas y aún le doy vueltas. Rich tiene mucha clase e inteligencia, lo ultimo que querría es desprestigiarle (como si le importara), pero así salí yo del bolo y aún no lo comprendo. Creo que los hermanos se necesitan el uno al otro.
Texto y fotos: Javier H. Ayensa
