Encuentros

Downtown Losers: «el blues como premisa»

 

 

Si te gusta el blues, los riffs espectaculares y el fuzz aderezado con unas melodías reflectantes de alta calidad esta claro que los Downtown Losers son lo que necesitas para tus oídos emergentes en su disco de debut «One-horse town apocalypse». Un trabajo magníficamente elaborado que te transporta  a los sonidos del delta con energía constante sin ningún intermedio hasta llegar a la conclusión final de tener la necesidad de escuchar un segundo disco cuanto antes. Una de las sorpresas mas interesantes del año para un grupo a seguir desde estos momentos con todo merecimiento. Presentan este miércoles 3 de mayo en Funhouse Madrid y el disco se puede encontrar en Radio City Records y en la tienda On line del grupo»

– Antes de adentrarme en los sonidos y debut del grupo a todos los niveles, quisiera saber,¿Qué puntos claves han sido los determinantes de esta excelente conjunción como grupo de Downtown Losers?

Los puntos clave han sido el blues y los pedales fuzz. Usar equipo antiguo y pasar el rato en los estudios ACME de Miguel Herrero. Poco más. La idea era grabar para disfrutar del proceso, sin más. Haberlo hecho así nos ha permitido experimentar un poco con el sonido y probar todo lo que se nos ocurría a los tres.

Creo que es determinante apreciar que en este disco de debut hay una calificación sonora con exactitud enraizada con la palabra blues con mayúscula y a partir de ahí que cada uno tenga su apreciación subjetiva de otros sonidos o influencias, ¿Que pensáis de esta cuestión?

Estoy de acuerdo contigo, es un disco de blues. Los riffs, las afinaciones, las estructuras. Hay muchos elementos poco ortodoxos, pero esto no es una fórmula química. Además, creo que una parte importante de un disco es aquello que aporta el oyente. Por lo que me está diciendo la gente que ha escuchado “One-Horse Town Apocalypse”, parece que hemos hecho un disco de blues, aunque encuentran matices cercanos a sus gustos, desde el stoner hasta el pop. Me gusta que la gente vea algo más que yo en las canciones, creo que es importante.

¿Habéis partido de demos de los temas para llevarlos terminados al estudio de grabación o han sido variados en algunos temas?

Llevábamos algunas ideas que habíamos grabado en el local, aunque acabamos solos, teclados, bajos y voces fueron improvisados en el estudio, básicamente teníamos el riff, una idea de estructura y poco más, lo único que teníamos muy claro era el sonido de guitarra. Fue muy divertido hacerlo así. Hubo mucho lugar para improvisar y algunas canciones nacieron allí mismo.

– ¿Cómo se ha trabajado este «One-horse town apocalypse»?

Es la primera vez que hago un disco así, pero facilita mucho las cosas saber que Alber, Miguel y yo podemos grabar en una toma o dos una idea que acaba de surgir, eso nos da mucha libertad. Nada fue definitivo hasta el master, incluso Miguel añadió cosas ya metido en la mezcla, si él creía que le hacía falta algo, fuera un sintetizador o un shaker. También fue determinante usar un equipo muy antiguo y completamente analógico: grabamos una rítmica y batera en directo, en cinta, lo bueno es que no hubo que pinchar nada. Era proponer una idea y grabarla, fue muy ágil, saber que puedes trabajar así hace que te animes a probar cosas que de otro modo no harías. Además Alber es muy rápido grabando voces, las acabamos todas en poco más de una sesión de estudio. Si en algún momento se nos cruzaba algo, nos íbamos al bar a por unas birras y nos despejábamos, pero en general fue muy fluido.

– Un disco de guitarras potentes con unos riffs brillantes en todo momento es mi primera premisa dentro del sonido del grupo.

Es lo que a Alber y a mí nos gusta escuchar y siempre estamos comentado un disco u otro, analizando a guitarristas, sea Gary Clark, Mississippi Fred McDowell o Hendrix. Teníamos muy claros los riffs, que usaríamos el Octafuzz de Fulltone y el Big Muff; también sabíamos los amplis que tiene Miguel en el estudio, y sobre todos usamos un Vox‪AC50 y un Fender Bassman.

– Al mismo tiempo que se da esa simbiosis entre el fuzz y el delta.

Es algo que viene de Hendrix, eran parte importante de su identidad y de la nuestra. Quizá nos vayamos algo más al Delta, sobretodo en algunos temas, pero estoy convencido de que ‪Robert Johnson habría usado el fuzz en “They’re Red Hot” o “Dead Shrimp Blues”, por ejemplo. Incluso entraría muy bien en “The Sky Is Crying” de ‪Elmore James. ‪Keith Richards usaba fuzz y también los Stooges, que hacían blues a su manera, pero blues al fin y al cabo.

– Haciendo un calificativo del disco se observa que tanto las melodías como esa energía guitarrística están presentes en estado de actitud y maneras de desarrollar este primer disco, ¿Quisiera que me explicarais como se ha logrado estas sensaciones dentro de este artefacto?.

Bueno, por el feedback que estamos teniendo, el resultado gusta más allá de las canciones. La gente valora el concepto, la intención, el sonido… Pero algo que aprendí de Nicke Anderson es que no hay que esperar nada, nunca. La expectativa ha de ser cero y las cosas tienen que ser un fin en sí mismo. Y si la gente estuviera diciéndonos lo contrario y eso tampoco significaría que el disco es una mierda. A veces las cosas salen bien o mal casi por accidente, porque hay muchos factores que no controlas. En parte por eso, fuimos al estudio con unas cuantas ideas y nada más, nos emborrachamos todos los días y empezábamos todas las sesiones con resaca, ¡quizá ésa sea la clave! (risas). La verdad es que se habla poco del papel que tiene la suerte en la música, piensa en el origen de la distorsión de guitarra, fue un accidente, como la puta penicilina: se estropeó un canal de la mesa, un una sesión en la que estaban grabando country, sobrealimentaba y les gustó el sonido, así que lo dejaron. Esa guitarra suena parecida al solo de “I Wanna Be Your Dog”. Tampoco se podía prever las consecuencias de electrificar el blues… Pero a veces hay suerte y sale bien. Se podría escribir mucho sobre esto.

– ¿Por qué habéis querido auto-produciros en este disco?

Ten en cuenta que fuimos a grabar sin ninguna pretensión, sólo con el blues como premisa. Teníamos a Miguel a cargo del sonido en su propio estudio y ni nos planteamos buscar un productor, no habría encajado en algo así. Sólo queríamos divertirnos, pero como nos entendemos muy bien acabamos probando todo lo que íbamos proponiendo: teclados, bajos con fuzz, sintetizadores. Fuimos con el blues como premisa y poco más.

– Un trabajo que destacaría es la idea global del disco por su intensidad y diferentes sensaciones a cada tema escuchado ¿De qué manera explicariais este «One-horse town apocalypse?.

John Lee Hooker dijo que cada verso del blues cuenta una historia y ésa es la máxima que he tenido en mente para escribir y desarrollar el concepto del disco. Las canciones hablan de un hipotético futuro en el que la humanidad ha alcanzado un punto de no retorno, llegando a la conclusión de que, antes de alcanzar el nivel tecnológico necesario para convertirnos en una civilización interplanetaria, la contaminación, el cambio climático, acabaría con la vida tal y como la conocemos. De ahí saqué las idas para las letras, aunque no tiene una línea argumental. Por ejemplo, “Eaten By The Wolves” es sobre la suerte que corren los músicos de blues en ese futuro. “You Should Have Seen The Signs” viene a ser algo parecido a una canción contestataria que canta un ‪Víctor Jara distópico de ese mundo y nosotros hacemos nuestra versión de ella. “Your Grave Can’t Wait” habla de la política de ese lugar y usar imágenes de archivo de la segunda guerra mundial es una forma de ampliar el subtexto de la letra. Pero bueno, es mi forma de hacer letras, me costaría mucho más escribir por escribir. Tampoco he tenido la intención de contar algo concreto, pero sí de crear un álbum con un concepto completo, no sólo un puñado de canciones.

– ¿Cada tema es un mundo diferente en Downtown Losers?.

Más bien es una pequeña historia dentro de un mundo diferente, un contexto dentro de un universo particular. Lo transmite la letra y la música, es un viaje que se va oscureciendo, todo se vuelve un poco más ácido en la segunda cara del vinilo. “Unless You Do”, “Bleeding So Slowly”, “Downtown Losers”, “On This Cold Ground”… Son canciones con las que hemos intentado generar algún tipo de sensación. Apenas hay estribillos, puentes, solos, no responden a un patrón estándar.

– Un disco auto-editado por el grupo, pero de qué forma se puede conseguir este «One-horse town apocalypse».

Finalmente va a editarlo en vinilo un sello independiente, lo vamos a poder anunciar en breve. Pero el  álbum en digipack se puede comprar ya en Radio City, en el centro de Madrid. Si sois de fuera podéis entrar en nuestra tienda online https://downtownlosers.ecwid.com y los dos primeros singles están disponibles en plataformas digitales, Spotify, iTunes, Deezer y se pueden descargar en nuestro bandcamp.

– A partir de ahora mismo, ¿Cual es el pensamiento musical de Downtown Losers llevado a un segundo disco?.

Blues y fuzz, canciones que hagan moverse a la gente. Como los músicos del delta, que giraban con cualquiera que fuera capaz de hacer bailar a la gente. También me gustaría llevar más allá el hecho de que haya un concepto impregnando cada acorde, en este disco fue surgiendo mientras escribía, de cara a un segundo me gustaría que el disco fuese una historia. Que los que estuvieran interesados no se limitasen a escuchar algún tema suelto en streaming o incluido en una playlist de spotify. Pero bueno, aún no tengo claro que vayamos a hacer otro disco, es pronto. De momento tenemos ganas de tocar en directo y vamos a debutar este próximo ‪3 de mayo en la sala Fun House, en Madrid. ¡Os esperamos!

Texto: The Profe

 

 

 

 

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