Discomático

The Black Angels – Death Song Hell (Yeah-PIAS)

Los masters de la psicodelia moderna han vuelto. Cuatro años sin parir un larga duración, tres desde el distorsionado EP Clare Lake Forest. La espera ha merecido la pena porque ya en Currency, el single de adelanto, las guitarras salen a surfear como en sus primeros discos. El arsenal fuzz rompe, proceloso, las luminosas armonías tan características de una de las bandas de rock más interesantes del milenio, dicho así con todas las letras. Su primer álbum, Passover (2006) contenía DIEZ singles, entre los que estaba «Sniper at the Gates of Heaven», con aquel majestuoso riff. Lo mismo se puede decir del EP Exit (2008), que albergaba «Surf City», con otro rasgueo marca de la casa. Guitarras, guitarras, guitarras. Parece que en este nuevo disco vuelven para ser preponderantes, después del guiño beat pop de Phosphene Dream (2010), que significó un cambio estilístico aun estando igualmente cargado de las melodías más infecciosamente devastadoras, como «Entrance Song». Indigo Meadow, su cuarta entrega, fue pura experimentación: «Evil Things» incluso se construyó sobre un ritmo cercano al hip-hop. Aquí parecen volver por sus fueros, al menos hasta la primera mitad del elepé. La segunda cara parece más influenciada por el trabajo de un nuevo técnico en su obra, Phil Ek, que ha producido a grupos de corte más melódico, más pop. En cualquier caso la varita mágica de estos brujos está intacta, siguen confluyendo en un swing que emociona a cada paso.

 

PACUS GONZÁLEZ CENTENO

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