Este songwriter de Venice, California, no es un desconocido para los habituales de esta ruta. En 2013 ya nos hicimos eco como merecía de la publicación de The Wondrous Folly of Vaughn Frogg, un disco fresco y original que venía a contradecir a aquellos que aseguraban que el americana era un género muerto y que no tenía nada que aportar a la escena actual. Como si quisiera seguir llevándoles la contraria, este Goodnight Jaybird sigue la misma senda que aquel. Herda sigue mostrándose como un espléndido compositor, un escritor de melodías memorables y un más que notable letrista. Coge el testigo allí donde lo dejó abandonado Ryan Adams para alejarse de los sonidos de raíces, y mantiene la pulsión con temazos como «Monsters», «Louder Than My Love» o «Jack’s Draw». Rezumando humildad y honestidad. Transmitiendo emociones nota a nota, palabra a palabra. Herda es un artesano de la canción, uno de esos músicos que antepone todo, incluso su propio interés, para que la canción funcione. Por eso domina los silencios y encuentra en el menos es más su razón de ser. Honrando su profesión en cada momento que deja grabado en sus discos. Y eso hay que destacarlo.
Eduardo Izquierdo
