Unos cardan la lana, y otros se llevan la fama. Eso es lo que deben pensar los miembros de Blonde Redhead cuando ven los triunfos de Beach House, aunque en realidad, en Blonde Redhead el abanico compositivo es más amplio que en la pareja titular en Baltimore, las posibilidades del trío son infinitas. Tienen el honor de que nunca han publicado un disco que sea igual a otro, siempre han sido coherentes, experimento arriba, experimento abajo. Su música es mágica siempre, a veces están más inspirados —quizás nunca graben otra vez un disco como Misery Is a Butterfly—, pero incluso cuando solo te presentan un aperitivo en forma de EP como ahora, la cosa les cunde. Cuatro temas para poco más de veinte minutos, que no te dejan con el estómago lleno, pero si lo suficiente como para aguantar hasta una próxima entrega. En tres sesiones distintas, con una primera tanda de dos, y todas en Brooklyn, aunque en dos plazas distintas. «3 O’Clock» es sedosa, la voz luce como es costumbre, mientras en «Golden Light» se ponen de acuerdo vientos y cuerdas para una pieza preciosa. En «Where Your Mind Wants to Go» vuelven al minimalismo, trufado con alguna trompeta con aires cinematográficos, y «Give Give» es el colofón perfecto a una entrega que, dicho sea de paso, recibimos como agua de mayo.
TONI CASTARNADO
