Ya hice hincapié en ello cuando firmé la reseña del concierto de la banda en Barcelona, el pasado noviembre de 2015 (apareció en nuestra web). Black Star Riders es una banda muy seria; sólida, consistente y lo más importante, saben escribir buenas canciones. Qué gran diferencia a llamarse Thin Lizzy, ¿eh? Algo que pudo ser trágico, que posiblemente hubiese pasado a la historia por ser humillante —miren si no casos menores, tomando como ejemplo a Heavy Metal Kids o Humble Pie, que grabaron discos con formaciones paupérrimas años después a la muerte de su guía, cantante y alma—, acaba por ser una banda con todas las de la ley. Heavy Fire cierra la primera trilogía del quinteto con un notable alto. Las guitarras suenan afiladas y dinámicas, revelando que Scott Gorham no había sonado tan bien en equipo como lo hace con Damon Johnson… desde los días en que tuvo a Gary Moore a su lado en Lizzy, claro. Quizás lo más sorprendente siga siendo Ricky Warwick, por la fuerza y carácter que imprime a sus interpretaciones vocales. El tipo no es un gran cantante pero tiene eso que es necesario para crear un interés; en el punk Warwick sería el hermano gemelo de Mike Ness. «Dancing with the Wrong Girl», «Testify or Say Goodbye» y el tema título. Tres buenos ejemplos de canción bien construida y con permiso para perdurar en un repertorio de directo por varios años. Me alegro de que sigan adelante.
SERGIO MARTOS
