Contar en las vitrinas con numerosos premios musicales y haber labrado una dilatada, y notable en cuanto a calidad, carrera que ya sobrepasa los treinta años, son cuanto menos elementos a tener en cuenta a la hora de expresar el respeto y admiración por una intérprete como Alison Krauss. Cantante que, además del poco habitual gesto de remarcar su condición de violinista, ha constituido una manera de expresar las raíces sonoras norteamericanas asequible para un porcentaje muy amplio de público sin descuidar su naturaleza. Precisamente en esa reflexión parece sustentarse la elaboración de un disco como este, el primero en casi cuatro lustros sin sus Union Station, que pretende enseñar su faceta más ‘’pura’’ recurriendo a temas de artistas tradicionales del género como, entre otros, Willie Nelson, Brenda Lee o Roger Miller. Por si con esto no cumpliera esa cota de clasicismo, los mandos en la producción recaen en otro veterano de la escena, Buddy Cannon. Con su distintivo estilo prístino, recorrerá formatos del country que abarcan desde el romanticismo de «Losing You» hasta el animado honky-tonk de «It’s Goodbye and So Long to You». Un espectro que acoge el accesible tono campestre de «Gentle on My Mind» o la conmovedora «You Don’t Know Me». Siempre bella y efectiva, la música de Krauss parece surgir de la perfección, y precisamente esa escrupulosidad resta personalidad a un catálogo de standards que aunque resultones no emocionan.
KEPA ARBIZU
