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Ghost – Razzmatazz (Barcelona)

La contundente demostración de poder de su anterior visita nos cogió a todos desprevenidos. Incluso los que consideramos a la banda sueca una de las propuestas más excitantes de los últimos años, no esperábamos que el Papa Emmeritus y sus espectros fueran a ser una banda tan sólida. Los seguidores confirmamos nuestras sospechas y los escépticos que se acercaron por curiosidad se llevaron una grata sorpresa. Desde entonces la banda ha crecido, y con ese crecimiento han llegado además de un público más numeroso, una serie de problemas que han hecho que parte de aquella formación hace tiempo asentada haya sido despedida sin contemplaciones y haya nuevas ánimas apoyando al Papa satánico. A todos nos extrañaba que se pasase de una sala como Apolo a un recinto tan grande como el Sant Jordi Club, su popularidad es más grande, pero no como para llenar tantos asientos, y al final fue Razzamatazz el lugar que acogió, un jueves santo, la nueva descarga de una formación que, una vez más, se mostró absolutamente imbatible.

El sonido no fue excesivamente bueno, y seguramente aquella magnética conexión que consiguieron con su audiencia en su anterior cita, no lograron alcanzarla esta vez, pero aún así fue un show para recordar. Con sólo tres discos ya pueden presumir de poseer un set list de mini clásicos que tiran de espaldas y, como era de esperar, hubo momentos inolvidables. “Year Zero” por ejemplo, con la banda bañada en luz roja, sonó apoteósica. Y el inicio del show, con “Square Hammer”, también fue impactante, aunque he de reconocer que los saltos a lo Pete Townshend del espectro guitarrista me descolocaron.

Me gustaba más la anterior versión de los espectros, que apoyaban al jefe de una manera más estática pero también más elegante. La interpretación de “He Is” fue perturbadoramente bella, igual que esa maravilla titulada “Ghuleh/Zombie Queen”, convertida en una de las más coreadas, aunque en ese apartado también podamos incluir las descargas de “Per Aspera Ad Inferi”, “Cirice” o la misma “Absolution”. Como hemos comentado, si obviamos una puesta en escena más nerviosa, por lo demás, no había manera de notar los numerosos cambios y los contratiempos sufridos en los últimos meses. Extremadamente contundentes cuando había de serlo (“Mummy Dust” o “Ritual”) y deliciosamente elegantes cuando la ocasión lo requería (“Monstrance Clock”, “Body And Blood”), demostraron que son una de las propuestas más fiables de la escena actual.

El tiempo dirá si tenemos en Ghost una de esas formaciones capaces de sobrepasar sus propios límites y convertirse en una banda respetada por todos. De momento lo están haciendo de fábula, aunque ya empiezan a alzarse las agoreras voces que los quieren enterrar antes de hora, y es que nos encanta tirar al suelo todo lo que sobresalga más de la cuenta.

Texto: Andrés Martínez

Foto: Sergi Fornols

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