Encuentros

Ameba: «fallar una nota no tiene importancia, tocar sin pasión es imperdonable”

 

Vienen haciendo canciones desde los ’90, pero suenan como si los años ’60 nunca hubieran terminado. Raquel Ruiz, su hermano Búter, Rebeca Fernández y José Merodio se revelan en su primer disco de vinilo (¡un formato que por fin les hace justicia!) como artífices de golosinas con premio, pues Sessions Saved (Hurra! Música) es como tu primera vez. Pero no ésa en la que estás pensando, sino tu otra primera vez. Aquella en que probaste un Kojak, para descubrir cerca del final que escondía un chicle dentro, y sólo entonces, reemplazar la pena por más alegría.

Disfrazados de dulzura, la banda danza entre The Muffs, The Beach Boys y The Beatles, reivindicando la música moderna con aire retro sin caer en el ostracismo. Es algo así como si Kathleen Hannah hubiera pasado a formar parte de The Pepper Pots, ¿te lo imaginas? Pues si andas espeso, no dejes de prestar atención a esta Ameba, que de organismo microscópico tiene poco.

Se relaciona vuestro sonido con el de The Muffs, The Beach Boys o The Beatles, pero también con el de Le Tigre y Sleater-Kinney. ¿Qué influencia tienen sobre vosotros bandas de este tipo? ¿Os sentís más cerca del surf de los ’60, o de las riot grrrls de los ’90?

Quizá en sonido, Ameba tenga más que ver con los ‘60. Pero, efectivamente, a nivel personal ésas son dos de mis décadas favoritas de la música. Vivir la explosión del grunge, el noise pop/rock y la música alternativa en los ‘90 creo que nos impactó bastante y nos abrió los oídos.

¿Cuáles son las verdaderas referencias, tanto musicales como estéticas de Ameba?

Musicalmente, las 3 que nombraste (The Muffs, The Beach Boys y The Beatles) creo que pueden ser las más directas. También grupos como The Strange Boys, Harlem, King Khan and The BBQ Show o Ariel Pink nos gustan mucho, aunque quizá no se note tanto, pero a mí me resultan de lo más inspirador ahora mismo a la hora de componer. Estéticamente, claramente lo hippie y el glam, aunque está muy latente, bajo varias capas.

Repetís con Javier Ortiz en Estudio Brazil. ¿Por qué? ¿Qué os gusta de trabajar con él y de su estudio?

Trabajar con Javi es sinónimo de calidad. Esta vez la grabación corrió a cargo de Paco Jiménez, que nos ayudó a conseguir el sonido que queríamos, y decidimos grabar allí ya que, además de que con Javi nos une una amistad desde hace tiempo, en su estudio una se siente encapsulada en la dimensión de la felicidad sonora… el arsenal de amplificadores y teclados analógicos es simplemente impresionante, y esta vez pudimos además catar la última adquisición para flipar allí, un flamante piano de cola. Un gustazo.

 Javier tiene especial preferencia por las grabaciones analógicas, y ahora lanzáis Sessions Saved en vinilo. ¿Trabajasteis en esta línea por alguna razón? ¿Qué peculiaridades buscabais en el sonido?

Sí que es verdad que nos tiran más los sonidos analógicos y nos atrae lo vintage. Supongo que es porque nos gustan esos sonidos. Encontramos que son lo más adecuados para nuestras tonadillas. Quizá podríamos decir que buscábamos distorsiones salvajes pero que no llegasen a sepultar las melodías. Pero lo del vinilo ha venido directamente del cielo, no estaba previsto.

Os estrenáis con Hurrah! Música. ¿Qué tal la experiencia de trabajar con ellos?

Pues genial. Nos tratan muy bien y Antonio tiene un interés real por el grupo. Nunca antes nadie nos había editado un LP y nos sentimos muy halagados.

En cuanto al disco, ¿quién es Manolo, y qué le hizo merecedor de una canción?

Manolo es un genio. Es el cantante, guitarrista y compositor de Rosvita. Coincidí con él tocando en Polen hace ya bastantes años y siempre me llevé muy bien con él y aprendí mucho. Luego nos hemos reencontrado de vez en cuando en conciertos varios y su genio y buen rollo siguen intactos. También en la época que Ameba fue quinteto, compartimos local y todo lo suyo era nuestro. Era obligado que cantase coros en su canción, y así lo hizo, es un gentleman.

¿Sois metódicos a la hora de componer, o simplemente os dejáis llevar por la inspiración cuando llega?

En Ameba me encargo yo de la composición (mi hermano Búter tiene también su propio proyecto, thewOOer), y básicamente soy un desastre de organización componiendo. Eso sí, siempre, sea donde sea y cuando sea, aprovecho la inspiración cuando aparece, aunque el resultado se quede en la grabadora durante meses. Luego, a lo mejor un día empiezo a trabajar en los “retales” guardados y puedo pasarme con ello horas, días o semanas hasta resultar una buena ristra de canciones.

Habladnos sobre la escena independiente actual de Madrid. ¿Qué opinión os merece, y qué bandas recomendáis?

Yo creo que está en muy buena forma, no hacen más que salir nuevas formaciones interesantes continuamente. Nos gustan bastante grupos como los tristemente extintos Yay, formaciones salvajes instrumentales como Yogur de pera o Mesa camilla, la genial monobanda King Cayman o el incombustible Malcolm Scarpa que se sacó de la manga un último disco increíble. También soy muy fan de Aries y todo lo que emana de su creadora, Isa, que es simplemente precioso.

¿Con quién os gustaría compartir escenario?

¡Con The Muffs estaría muy bien! De hecho, se lo ofrecimos el año pasado cuando vinieron a tocar a Madrid. A Paul McCartney también se lo ofrecimos, pero debía andar liado y no nos contestó.

En Sessions Saved mostráis sonido y producción sólida y madura. ¿Cuáles son vuestros planes de futuro tras el lanzamiento?

La mezlca y masterización del disco corrió a cargo de Dany Richter, y realmente consiguió que “la mierda brillara”; hizo un trabajo increíble y estamos muy contentos. Nuestros planes son organizarme mejor para poder empezar a componer nuevas canciones (en el cajón ya hay “retales” para 2 discos por lo menos) y sonar mucho más lo-fi e inmaduros, ja, ja… la verdad es que miramos el futuro “ameboide” a corto plazo, y poco a poco vamos haciendo lo que apetece y nos permite nuestro tiempo libre.

Lleváis haciendo canciones desde los ’90… son muchos años para acumular experiencias y anécdotas, agradables y desagradables. ¿Nos contáis alguna?

No sé si puede considerarse una anécdota, pero cuando tocamos con Seymour en la sala Maravillas, íbamos con pocos ensayos, no habíamos tenido mucho tiempo y estaba agobiada. Y mi hermano dijo: “vamos a pasarlo bien, a disfrutar, y hacerlo lo mejor posible… que, como decía Beethoven, fallar una nota no tiene importancia, pero tocar sin pasión es imperdonable…” Total, que nos subió la moral totalmente y al final ese concierto se convirtió en uno de los mejores que hemos dado. Mucha gente nos felicitó al final, y nos dijeron cosas muy guays como: “cómo moláis, se ve que salís al escenario a hacer LO QUE OS DA LA GANA”. Puede que sea lo más punki que nos hayan dicho, ja, ja…

 

Texto: Borja Figuerola

 

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