No son pocas las jóvenes voces femeninas que se han hecho un hueco en el mundo del folk durante los últimos años. Como siempre en estas ocasiones resulta imprescindible hacer una criba respecto a ese aluvión de apariciones, una tarea que en ningún caso debería de significar dejar fuera de nuestro interés a la neoyorquina Julie Byrne. Si ya a través de su debut nos convenció, tres años después lo hace todavía con mayor firmeza, pese a que su propuesta solo ha derivado de esa espiritual sobriedad hacia una presentación levemente más decorada y detallista. Esa concisa, pero atinada, disposición por ensanchar su particularidad interpretativa, de magnética delicadeza pero nada endeble, se visibiliza desde una inicial «Follow My Voice», que aparece ya ataviada de una ligera instrumentación, aspecto que se revelará más ostensible en la atmosférica «I Live Now as a Singer». Sumando matices a su emocionante propuesta, la soltura en la técnica del fingerpicking deriva en el dinamismo rítmico manifestado en «Morning Dove» mientras que una esotérica épica emerge de «Melting Grid». Todo para quedar envuelto de nuevo en un embriagador y bucólico ambiente.
KEPA ARBIZU
