Resulta curiosa la trayectoria en solitario de Mick Harvey. El que fuera mano derecha de Nick Cave desde los tiempos de The Boys Next Door debutó por su cuenta en 1995 con un disco de versiones de Serge Gainsbourg traducidas al inglés -“Intoxicated Man”- que ha visto ya tres secuelas, al tiempo que ha publicado otros tantos discos mezclando canciones propias y ajenas.
Leyenda viva del rock australiano, el pasado miércoles 29 de marzo recaló en la 2 del Apolo para ofrecer un show basado en las canciones del inefable chansonnier en un formato de lujo que incluía a otro viejo conocido, James Johnston, como teclista y a cuatro integrantes del proyecto Cordes del Món, un cuarteto de cuerda local que dio el contrapunto justo a la mitad del cancionero en escena.
Con la ayuda además de la cantante y guitarrista Xanthe Waite en funciones de Jane Birkin, Harvey inició el set con “Ticket Puncher”, rítmica y sincopada, para a partir de ahí y de la mano de “69 Erotic Year” repasar el repertorio del parisino en un concierto sin picos ni bajadas bruscas, nivel alto de principio a fin. Con cierta atención -pero menos de la esperada- a su último trabajo “Intoxicated Women”, del que rescató pocas piezas, el peso del set se lo llevaron los temas de “Delirium Tremens” y muy especialmente de su primer disco: “Harley Davidson”, “The Sun Directly Overhead”, “ Initials B.B”, “Overseas Telegram”, “Bonnie and Clyde”, “New York, U.S.A»…
Sobrio y efectivo tanto a la guitarra como a los –esporádicos- bongos, con voz profunda y bien modulada y apoyándose de forma cómplice en una banda perfectamente engrasada, Mick se mostró como lo que siempre ha sido: un magnífico intérprete con más mili que cascorro, un gentleman que gusta de la ironía en sus escasos y escuetos diálogos con el respetable, elegante y carismático.
Terminando la noche con una pequeña sorpresa –esa versión de “J’envisage” vía Alain Bashung-, la sensación al salir de la sala fue de satisfacción y de expectativas cumplidas. Ahora queda esperar –desear más bien- una próxima visita interpretando material propio, para completar el cuadro.
Texto: Eloy Pérez
Foto: Fernando Ramírez
