Sigue el dúo cántabro pertinaz en su cruzada contra la vida y contra lo que les rodea esgrimiendo como arma el punk gótico que han practicado desde sus comienzos. Las criaturas que aparecen en sus letras pertenecen efectivamente al imaginario del que se nutre el afterpunk de ultratumba, pero en su caso son principalmente instrumentos de venganza contra la civilización y el orden establecido: Herejes profanando catedrales, muertos vivientes aniquilando al ser humano y entes deformes marginados por la sociedad. Pero sobre todo Paralítikos canta para los antihéroes, para los ausentes de la luz de Dios, porque es sobre todo cuando, utilizando la vertiente más oscura del punk para cantar desde las trincheras antisistema, para santificar a los que nada tienen que perder y saltan al vacío sin mirar atrás, cuando consiguen poner los pelos de punta. Como en su anterior trabajo han grabado en los estudios Vumeter, asistidos por Javier López Jato, y optando en esta ocasión por un ritmo más remolón y sosegado que en otras entregas, llenan su música de teclados de cristal, desgarros de guitarras y saturación de la voz para llevarla al nivel del aullido animal. Lo suyo es punk a dentelladas.
Texto: Tomás González Lezana