Encuentros

Victorius Fleet Commanders, «los géneros son feos»

Una de las jóvenes promesas que mantendrá nuestra atención en este año 2017 será Victorious Fleet Commanders. Son de Zaragoza y con dos eps ya se han pateado buena parte de la geografía española. El grupo lo integran Jaime Comet, Juan María Gómez, Álvaro Clemente y Miguel Parroqué y les gusta elegir nombres largos para sus proyectos (anteriormente eran conocidos como Fantastic Tampa Bay Company). El estilo de VFC transita terrenos difíciles de casar pero, tal como hemos visto en otros combos autóctonos – Guadalupe Plata, por ejemplo –, han logrado la formula para hilvanarlos. Blues, garage, psicodelia, stoner e incluso rockabilly; entre todos ellos es tremendamente complicado definirlos aunque el stoner rock se presenta como una futura vía de salida. Después de ser reconocidos en su tierra, pretenden sorprendernos con el primer lp que tiene prevista su publicación – por lo menos, la grabación – en el verano y con vistas a presentarlo en directo. De momento, aquí tenéis lo poco que sabemos de ellos ampliado en una interesante entrevista y, no menos, primer viodeoclip “Catch My Breath”.

¿Quiénes son Victorious Fleet Commanders? ¿Y por qué os llamáis así?

Son un tíos muy majos de Zaragoza. Uno es un ególatra, otro odia absolutamente todo, otro enferma frecuentemente y el que queda seguramente tenga tu mechero. El nombre salió de un cartel de un bar.

¿Cuándo comenzó a rodar este proyecto?

Pues supongo que como todos. Nos juntamos unos chavales para ver que tal sonaba la cosa y, efectivamente, mal. Luego con los ensayos fuimos mejorando.

¿Cuáles eran vuestros intereses y objetivos en la música?

Al igual que casi todos los músicos y bandas que tu música guste a la gente. Creo que la meta de un músico tiene que ser que la idea que ha salido de tu cabeza llegue a la de los demás y les complazca. Como un cuadro o un libro, que tienen un autor y han creado algo, la música ha de ser lo mismo. Eso y las birras, la pasta, las ratchets…etc

Musicalmente os movéis en varios terrenos, blues, garage, psicodelia, stoner, ¿cuál de ellos es más determinante en la música de VFC?

No nos tiene porque definir un género en concreto. Los géneros son feos. Evidentemente no cantamos jotas (aunque ojalá), pero lo primario es que las canciones que nos salen y hacemos nos gusten a nosotros. Luego la gente dirá qué tipo de música somos. Sin embargo, con miras al futuro, no nos importaría hacer un stoner más duro.

En este tiempo habéis publicado dos eps Foundation (2015) y Ay Carmela! (2016). ¿Qué podéis contarme acerca de la grabación? ¿Quiénes os han ayudado?

Foundation fue la primera vez que grabamos algo y fue muy guay. Guillermo Sinnerman (Wild Lion Records, Los Bengala, The Fire Tornados) nos ayudó a grabar y a montar todo. Aunque nuestra inexperiencia se nota en la grabación, es nuestro pequeño bebé tonto al que todos queremos. A partir de aquí es cuando empezamos a hacer algo.

La grabación de Ay Carmela! fue más quirúrgica. Rafa Domínguez (Guisante) se involucró bastante en la producción y además de grabarnos cosillas, nos dio consejos y pulió asperezas. Estamos muy contentos con el resultado.

En el primero – como trio – parece haber una influencia muy clara del rock sesentero ya no solo por los estilos que toca sino por la forma de cantar. ¿Cuál es el espejo en el que se mira Jaime?

Aprendía a cantar en la ducha, y cuando más o menos daba las notas pues ya intentas refinar el estilo. No hay ninguna referencia en concreto, quizá la cosa vaya más con respecto a la canción. Por ejemplo, si quieres una voz más ronca o desgarrada te oyes a fondo Joe Cocker y hasta que te salga. Si quieres un tono más agudo pues a Monserrat Caballé. Y así con todos.

En cuanto a los temas, destacaría A Mans Desire Blues” que reproduce estructuras del blues con guitarras distorsionadas y ritmos rockabillys. ¿Cómo conseguís lograr esta explosiva mezcla?

Nos complace que te guste el tema más polémico de nuestro repertorio. Es una base tipo boogie-rockabilly donde te puedes explayar encima para improvisar. Nada que no haya hecho ya Guadalupe Plata o millones de artistas más. Supongo que es un homenaje a todas esas canciones, o el subconsciente, que traiciona.

Con respecto al segundo EP, os alejáis del sonido más básico del rock and roll y os acercáis a la experimentación al incluir sintetizadores. Parece como si con este disco definís un poco más los papeles de los músicos y no hay tanto intercambio en los instrumentos. ¿Cómo fue concebida esta progresión? ¿Y qué novedades supuso este segundo EP, aparte de incorporar a Miguel al bajo?

Miguel es como un grano en el culo, pero nos hace un papelón. Fue un coñazo grabar el bajo en Foundation.

La grabación de Ay Carmela! sí que fue más sistemática, más que nada porque teníamos un tiempo establecido de días para grabarla y tenía que ir todo rodado.

Los “sintes” también nos gustan. Nos gustaría introducir las teclas de lleno en los proyectos futuros y en la grabación del LP. En directo es más complicado porque tendríamos que estar haciendo dos cosas a la vez, somos hombres y por evolución, no podemos. Así que imagino que tendremos que contratar a un teclista.

Destacaría Baby Boys Coming” con una presencia muy importante del fuzz y sobre todo “Ay Carmela!” como un guiño al garage patrio, Brincos, Cheyenes, etc. Con esta canción hacéis una pequeña incursión en el castellano (aunque sólo sea en el título y el estribillo) porque el idioma que utilizáis es el inglés. ¿Esto supone un punto de inflexión en vuestras futuras canciones?

No lo creemos. Si la canción es buena, divertida y ha salido en castellano, no hay motivo por el que no se deba hacer. También suelen ser las que más gustan (a algunos). No obstante, nuestro idioma base sigue siendo el inglés. Se seguirán haciendo las canciones en el idioma de Shakespeare y si sale alguna perla en castellano, pues se cantarán con nuestro amado idioma.

Estas dos grabaciones os han supuesto ganar varios concursos, entre ellos, Demoscópicas de Mondo Sonoro Aragón y Ambar Z Music en vuestra tierra, y en Cataluña habéis logrado llegar a la final del Bala Perduda. Contadme cómo fue esta experiencia porque tengo entendido que no es nada fácil llegar hasta ahí.

La verdad es que sí. Tuvimos mucha suerte de poder entrar en ese circuito de retroalimentación en el que si tienes canciones grabadas y puedes mandarlas a concursos, que si los ganas te permiten grabar más y etc. La verdad, no es fácil llegar hasta finales de este tipo de concursos que tienen una repercusión a nivel local como el Demoscópicas o el Ambar, o incluso nacional como el Bala Perduda de Barcelona. Tampoco es fácil si tienes que competir con grupos de un estilo totalmente diferente al tuyo. Los conciertos son una buena forma de empezar y darte a conocer, pero como en casi todo, no depende de ti ganar. Mucha gente se cree que nos dan las cosas hechas y la realidad es muy distinta.

Sois de los grupos que no se conforma en tocar en casa, y por eso, habéis recorrido diversos lugares de la geografía. ¿Qué os habéis encontrado?

Dentro de lo poco que hemos podido viajar, nos hemos encontrado gente muy maja y muy rara. Lo mejor, en realidad, son los pueblos. Nunca sabes lo que te puedes encontrar, pero algo seguro. No hemos tenido ningún tipo de percance o problema notable en ningún sitio. La sensación de viajar, por ahora, es buena. Y a partir de ahora lo que tenemos que hacer es intentar ir a todos los lados que podamos de nuestra nación y quien sabe, algún día podamos salir a tocar a algún otro país. No estaría mal.

Por otra parte, ¿qué nos podéis adelantar sobre vuestro próximo primer LP?

Ya hay canciones hechas, grabaremos canciones antiguas no grabadas, intentaremos que sea más duro y ya te hemos dicho demasiado.

En el aspecto visual, y me estoy refiriendo a vuestros vídeos, hay una grabación de un directo en el Museo de Zaragoza Live at the Museum en el que aparecéis rodeados de obras de arqueología y cerámica. ¿Cómo surgió y por qué en este lugar? ¿Pretende ser una analogía con el Live at Pompeii de Pink Floyd?

Elegimos el Museo de Zaragoza porque creímos que era una buena idea mezclar nuestra música con un estilo tan clásico como un museo. Parece contradictorio, pero la sinergia es muy buena. El Museo es un sitio maravilloso y muy poca gente de nuestra edad lo conoce en Zaragoza.

Más que a Pink Floyd sería una analogía a Cecilio G. El vídeo es una mala copia de “A Lizard State” de King Krule.

 

Texto: Rubén Vela

 

FECHAS CONCIERTOS

10 de marzo Madrid Wurlitzer

18 marzo Valencia La Peligro

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