Nos podemos ahorrar las líneas de presentación e ir directos a por faena. A estas alturas de la película el músico barcelonés es sobradamente conocido por la parroquia afín a los géneros en que habitualmente se desenvuelve. E incluso fuera de esas fronteras estilísticas su nombre empieza a sonar debido a su ingreso en las filas de la banda del famoso rocker del Clot.
Este es su primer disco largo en solitario aunque posee cierta e inocente trampa. Tras la preciosa foto a contraluz que engalana la portada se esconden temas que ya habían sido publicados en los dos epés en vinilo editados con anterioridad así que solo cuatro de las doce piezas (totalmente instrumentales) son absolutamente nuevas. No importa. Poder escuchar de una sola tacada todas esas composiciones es un placer en que regocijarse durante largo tiempo. Es imposible no hacerlo ante la versatilidad extrema de un guitarrista experimentado que conoce su oficio al dedillo.
Sabe dar guerra cuando es necesario o tirar de lírica y melodía cuando el tema lo requiere y en la escasa media hora de duración del compacto el trayecto hace parada y fonda en territorios que domina en profundidad como el swing, el jazz, el surf, el country, el blues y , por supuesto, el rock & roll. Las seis cuerdas de Mario cada vez son más libres, ya no les preocupa quebrar esquemas, solo quieren dejarse tañer y que de ellas salga buena música. Y en His Guitar Posse hay toneladas de ella. Todo un crack.
Manel Celeiro
