La producción musical facturada en Australia continúa ofreciéndonos artefactos de enjundia y con una riqueza espectacular. En esta ocasión, hablamos de 5 jóvenes provenientes de la activa escena underground de Brisbane que apuestan por trazar un recorrido-una especie de ejercicio historicista-a través del rock más lisérgico y expansivo acontecido a finales de la década de los sesenta y principios de los setentas. Ellos son Dreamtime y desde el respeto por la tradición intentan añadir capas de imaginación, soltura y dominio sobre un género psicodélico en plena pompa que no para de parir bandas en cualquier coordenada del planeta durante los últimos años. La banda ha finiquitado su tercera entrega dispuesta en un doble LP titulado “Strange Pleasures”, nuevo material tras 3 años de barbecho. Con un simple vistazo a la portada del disco ya visualizamos las arenas por donde reptaremos, se desvela un artwork con guiños a territorios de otros mundos, imagineria sci-fi de tallaje setentero y reminiscencias al universo Moebius.
“Luminous nights” es la encargada de abrir fuego, comienza con pulsaciones de sintes futuristas que advierten de abrocharte el cinturón porque la nave está tomando propulsión. El tema se transforma en una jam infinita de guitarras con wahs wahs saturados mezclados con ritmos tribales donde la influencia africanista de los suecos Goat están muy presentes. Nos topamos con cambios de matiz en cortes como “River Sprites”, un homenaje al folk progresivo alabando el legado de Jethro Tull, también se aprecia un cierto gusto a los primeros Pink Floyd, aunque la influencia de estos últimos emerge de forma directa-indirecta en la mayoría de sus composiciones. Uno de los puntos álgidos se encuentra en “Fire”; ramalazos de música tradicional hindú entrelazadas con voces chamánicas, susurros in-crescendo hasta explotar en tus oídos para transportarte hacia oasis solitarios. Dreamtime abogan por pringarte de ácido y Humo hasta rebosar tu consciencia para en consecuencia, mandarte a Marte. Pondrán todo su empeño en ello, independientemente que lo consigan o no. Vuelven a pisar el acelerador en “The Sentinent”, Krautrock impregnado en riffs pesados, voces filtradas con vocoders de otro planeta se superponen a bucles hipnóticos acercándose a los tratados de buques insignia en estos menesteres, escúchese a Hawkwind o Amon Dull.
El viaje astral avanza por canciones de larga duración, tiempo suficiente para imbuir al oyente en estados oníricos con “Celestial Spores” o “Spectral Entropy” hasta conectar con otro bombazo psicotrópico “Serpent´s Tongue” sustentado en una sección rítmica de gran tonelaje vinculada al proto-heavy setentero, un encuentro casual entre Tony Iommi, Ty Segall y Amber Weeber de los Black Mountain.
Dreamtime desarrollan ideas ya esbozadas en su album predecesor “Sun” (2015), conceptos que se estiran, modifican, manosean, para finalmente potenciar la sensación alucinatoria en el receptor. “Strange Pleasures” cuenta con un abanico de canciones marcadas por la Intensidad y la Calma, un balance totalmente medido. Sin embargo es una obra que carece de continuidad, se necesita de atención extra para mantener la comba tensa, causado por la utilización de paisajes instrumentales de excesivo minutaje en un intento por recrear estados casi mántricos, efecto que no siempre funciona. Aun así, dichos pasajes de menor tensión no deben ensombrecer el lienzo en su totalidad. Después de varios años jugando en casa, estos pysch-rockers han apretado manos con sellos independientes especializados en el género, nos referimos a CardinalFuzz Records (Europa-UK) y Sky Lantern Records(U.S.A) reeditando material antiguo de la banda y ofreciéndoles la posibilidad de alcanzar nuevas audiencias en todo el mundo gracias a una red de distribución con mejores recursos. A día de hoy, saborean un momento dulce, veamos a corto-medio plazo si sus creaciones consiguen asentarse en la cada vez más saturada escena pysch global.
Texto: Alfred Caro