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Curt Circuit 17: Julián Maeso y Ray Collins Hot Club en Barcelona

La marca «Curt Circuit» ya es un referente en la agenda de conciertos de Cataluña. Apostaron desde el inicio por el apoyo a las salas de pequeño y mediano formato y con una propuesta que ha calado con fuerza porque su original principio consiste en dar la alternativa a los artistas menos conocidos en coonciertos dobles acompañados de artistas más asentados. Y siempre se agradece en este negociado las ayudas a impulsar la música en directo. Además, se puede ver en el el trabajo que año tras año van avanzando, que la gestión y la pasión de fondo coexisten, sin mamoneos. Y esto son palabras mayores.

‘’Los grupos y artistas que más nos gustan de la escena local y algunas sorpresas que llegan de muy lejos, en las mejores salas catalanas’’. Este es el lema de Curt Circuit, la imaginativa infraestructura que desde hace unos años puebla de conciertos la agenda de los melómanos. Este mes se traen a Ray Collins’ Hot Club y Los Locos del Oeste, que actúan el 20 de febrero en Bikini, Barcelona. Julián Maeso y Roger Usart, por su parte, estarán el 23 en La [2] de Apolo; El Petit De Cal Eril y Renaldo & Clara, el 24 en la Sala Zero, Tarragona; y Pau Vallvé, el 26, en la Jazz Cava de Vic, además de otras novedades que se pueden consultaren: www.curtcircuit.com

El espíritu de Curt Circuit es autofinanciarse por sí  mismo con la venta de entradas pero también consta del apoyo de la asociación de salas de conciertos de Cataluña (ASACC) y de la cervecera Estrella Damn para algunas causas donde prevalece más la calidad que la cantidad, y de esta manera poder garantizar los mínimos para que las bandas puedan ejecutar su función en las mejores condiciones.

Uno de los conciertos que más nos atraen de esta nueva temporada es el de Julián Maeso.

«Somewhere Somehow», el disco que Maeso presentará en Barcelona el próximo 23 de febrero en la (2) de Apolo, fue nuestro ilustre disco del mes de noviembre 2016. Entre otras cosas, nuestro compañero Vicente Merino extrajo estas conclusiones:

«Respaldado por unos The Magic Souls más engrasados que nunca, motivo clave para considerar que es su creación inevitablemente de espíritu más grupal. ¿Estamos antes su oportunidad definitiva?: la realidad marca una difícil salida de esta paramera, pero el constante desarrollo artístico y la ampliación de su espectro estilístico – de no ocurrir nada- dotaría a su situación de una mayor incomprensibilidad… y es que este Somewhere, Somehow de inspiracional portada, viene a situarse en un punto medio entre la grandilocuente arquitectura blues de su primer álbum y la exquisita inmediatez soul de One Way Ticket to Saturn. Una obra de lenta decodificación, que va liberando capas y tejidos, secuencias funk, jazz bastardo e incluso country alicatado con folk, que no solo pide ser descubierto, sino investigado…y que debe completarse hasta topar con el encaje perfecto, con su catálogo musical determinante, de esas que no quieren pasar por nuestra vida en balde, en definitiva: con hacer algo transcendental desde la naturalidad.

Cuando uno pincha las nuevas composiciones, encuentra a un Julián Maeso coprotagonizando el recorrido con las preciosas voces de Erin Corine y Alana Sinkey, sus gargantas ejercen de garante en cada corte. Solo hay que catar la primera tonada, «No Earthly Paradise», para ver que ha adaptado el espíritu más funk de «I Must Have Been Dreaming» (buque insignia de su anterior lanzamiento), a partir de aquí, un continuo (y exquisito) cruce de caminos: el plus de suciedad blues en «Long Winter Drama», el equilibrismo funk rock de «You Gotta» (con Adrián Costa de visita) o encontrarse a Ovidi Tormo (Los Zigarros) en el hechizo jazzístico de «Before They Leave» . La parada y fonda, hay que hacerla en «The Road Less Traveller», la canción que alguna vez todos quisiéramos escribir, como si le hubiera ganado un botín al Stephen Stills más setentero, ubicándose en el podio junto a «Who Needs What» o «It´s Been a Hard Day».

Vuelve a sus sonidos americanos seminales como si Leon Rusell le observara desde la pecera en «Keep On Strivin», puede coquetear con el reggae africano al sonidos del Delta en «I Wonder and Wander» y se deja desborda emocionalmente en el cierre con «It Can´t Be True».

Aunque la charlatanería del “coach” ha muerto, no consigo evitar que finalmente el optimismo se me acabe derramando: solo me puedo imaginar a Jack White o a Neal Sugarman pagándome copas por haberles levantado la partida… mientras pienso que solo había que ponerse de parte del arte.

No es que Julián Maeso haya conseguido hacer su trabajo más intemporal, es que Somewhere, Somehow ha hecho atemporal al propio Maeso».

 

Texto: Daniel Miralles

Foto (Maeso): Rebeca García

 

 

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