Ha pasado muchas otras veces, la pregunta de marras sobre quien es tu favorito de un grupo, en el cuarteto de Liverpool, debate entre John y Paul, si bien también había los que se decantaban por George. En los Stones, tres cuartos de lo mismo, aunque en este caso la baraja es de dos, y otro caso es el de Kiss, aquí los cuatro originales tenían fuerza entre sus seguidores. Con Oasis es fácil, ¿eres más de Noel o de Liam? En esta ecuación casi siempre sale ganador Noel, parece el más cabal de la familia, el que tiene más talento, el hermano mayor que pone algo de cordura entre tanto desbarajuste, en cambio a Liam es sencillo odiarle, chulo y bocazas como pocos. Eso sí, con esta película consigue una cosa importante: se ha ganado más respeto, sobre todo como músico. En la grabación de un disco de Oasis cuentan cómo Liam clavaba las canciones en dos tomas, el resto de tiempo libre lo dedicaba a jugar a fútbol en el jardín o se iba al pub a beber, en cambio Noel se pasaba horas y horas retocando acordes de guitarra. El y uno sin el otro no tienen ningún sentido, a pesar de las peleas, de la lucha de egos. El documental es ameno, didáctico, y te arranca más de una carcajada. Y está muy bien hecho (factura y montaje impecable), las dos horas de metraje se pasan volando. La medicina surge efecto al instante, recuperar toda su discografía es un reto para el espectador (sus numerosos detractores no, obviamente), y además ganan otra batalla; en las mismas fechas se ha estrenado otro documental sobre Blur, sus grandes rivales, y Oasis ganan por goleada. Por lo menos 5 a 0, una manita.
TONI CASTARNADO
