Desde que Xkrude se disolvieran en 2014, Sebas y Kike, guitarristas ambos de la formación de nu-metal de Jaén, estaban deseosos de formar una banda de rock convencional. Fruto de ello, inmediatamente formaron El Gran Oso Blanco: un nombre que ellos califican como “potente”. Lo pusieron como homenaje al padre de Kike, “un imponente caballero con un pelazo como la nieve”. Aúnan a la perfección el blues-rock de Led Zeppelin y el stoner de Kyuss en su ópera prima: Deshielo (Santo Grial, 2016).
Un álbum incisivo, de fácil escucha y que seduce por el estupendo manejo de la fórmula del menos por menos es más, así como por sus ricos matices sonoros: un perfecto ejemplo serían cortes como «Uno de los Nuestros» o «Abismos». “Es la heterogeneidad uno de nuestros rasgos, venimos de mundos musicales muy diferentes”, declaran. No les gusta encasillar su música. La creación artística es la confluencia de una serie de voluntades encaminadas a enriquecerse mutuamente. Huyen de maximalismos; refuerzan la calma a la hora de hacer música.
Conforme aumentan las escuchas uno se da cuenta de que el combo ha hecho recaer el acento en composiciones directas y sin concesiones. Cuando se les pregunta por el vicio que han adquirido muchas bandas de la actualidad de hacer álbumes de casi una hora, responden que “para que el formato de álbum siga teniendo sentido hay que volver a los metrajes del vinilo. Rellenar un disco por rellenar es un poco absurdo”. Tienen clara la fórmula de Lemmy Kilmister.
“Las redes sociales son una gran herramienta, para una banda y para los seguidores de música o cualquier otro movimiento artístico, pero hoy por hoy son el reflejo de esa desidia a la que me refiero”, razonan. Se pronuncian con clarividencia cuando explican que, en cierta forma, las redes han matado el romanticismo y el placer de degustar la obra del artista poco a poco. La fortaleza de los jienenses radica en haber apuntalado a la perfección un disco perfectamente manufacturado junto con unas ideas perfectamente claras sobre cómo ha de ser su carrera futura.
ALEJANDRO ZAMBUDIO
