Encuentros

Bambikina: Historias con corazón

 

Puntualmente informado de la carrera discográfica de Esther Méndez, alma del proyecto Bambikina, merced a su productor Santi Martín, lo cierto es que hasta la llegada de este segundo disco, “Referencias” no he prestado la suficiente atención a esta singular mezcla de tradición folk en su más sentida e íntima expresión, a la que dan cobertura instrumental varios ex Sweet Vandals: alma con alma. 

El escenario, emplazamiento fundamental para medir la auténtica valía de un artista, ha sido pieza fundamental para dimensionar el muy espiritual y sentido cancionero de la artista extremeña.

Su última entrega “Referencias” toca con precisión la fibra sensible, sustentada por la muy emocional voz de Esther Méndez, muy en la vieja línea de Rickie Lee Jones, mullidamente acompañada por los soulmen Sweet Vandals. Aprovechamos que su gira andaluza recala en Granada para mantener esta esclarecedora conversación con Esther, alma de este proyecto.

Qué músicos te influyeron en tus inicios, ¿alguno fue especial referencia para ti?

Recuerdo que la primera vez que escuché a Dylan me enganchó. Su forma arrastrada de cantar, su espontánea manera de tocar la guitarra y la armónica. Me resultó magnético. Pero en este disco, se esconden muchas de mis influencias más evidentes: desde las canciones de Silvio Rodríguez a los temas de Jimi Hendrix, pasando por artistas como Wilco, Ryan Adams, Feist o Neil Young. Todo lo que he escuchado a lo largo de mi vida lo he puesto en este disco.

Elegiste un nombre para tu proyecto que no es el tuyo, cuando lo habitual en el entorno folk es lo contrario, ¿por qué razón?

Probablemente no sea una artista folk. BAMBIKINA tiene origen Beatleliano. Es una adaptación libre del nombre Bambi Kino, cine erótico donde los Beatles se alojaron cuando tocaron en Hamburgo. Cuenta la leyenda que estuvieron más de un año viviendo detrás de la pantalla de proyección. Aún recuerdo las tardes de verano en el pueblo con mi hermano mayor, escuchando a los de Liverpool. Quizá este nombre me lleva a esos primeros contactos con la música. Además, el –ina del final le da un matiz muy característico de mi tierra, Extremadura, ya que lo usamos en los diminutivos. Todo lo que tiene que ver con BAMBIKINA está estrechamente unido con la vida de Esther Méndez. Diría que son prácticamente lo mismo.

El disco lo grabas con una banda muy curtida en todos los estilos, pero predominantemente soul. ¿Cómo habéis encajado dos estilos en principio tan distantes como el soul y el folk?

Yo creo que al final es algo muy intuitivo. El lenguaje se aprende y de manera natural los antiguos integrantes de los Sweet Vandals han sabido vestir todas esas canciones que yo llevaba bastante desnudas con las ropas adecuadas. Lo importante es tener la sensibilidad, hacer soul o folk luego es lo de menos.

En la portada del disco apareces sosteniendo una antorcha ¿símbolo de la luz que guía hacia alguna dirección?

Las canciones que componen el disco son muy diferentes. Hay claros y sombras, letras oscuras y melodías luminosas. Por eso sujeto una bengala en una noche cerrada. Además, como mis canciones son prácticamente historias, creo que la imagen de la portada genera bastante intriga. No sabes bien lo que va a suceder. Es casi como un micro cuento. Quizá esté buscando algo o a alguien. Os invito a escuchar el disco para averiguarlo.

Te atrae bastante la estética western, caso del single “Escorpiones De Tequila” o “Winchester ´75” pero no cultivas un look vaquero como tan recurrentemente se ha visto en el rock nacional.

No quiero encasillarme en esa estética country, aunque hay temas con su iconografía. Creo que nuestro estilo es muy ecléctico y todo lo que son convencionalismos y etiquetas no me llaman nada la atención. Es un proyecto muy genuino y personal que va más allá de los ejercicios de estilo.

Volvamos a la parte lírica, uno de tus puntos fuertes, que aprovechas para denunciar lacras de nuestra sociedad como el machismo y la explotación sexual. De esta última temática versa uno de los temas que más me han gustado “Olga Zagaynova” una gran historia sobre la trata de seres humanos.

Es una de mis canciones favoritas del disco. Además, para su grabación tuve la suerte de contar con la colaboración del actor Julián López, gran músico y amigo que toca la trompa. Una melodía dulce para una de las letras más duras que he escrito nunca.

En directo se aprecia el fuerte contenido emocional con el que impregnas tus interpretaciones, cantas de una manera muy espiritual.

Me gusta mucho que me digas esto. Canto de una manera muy vehemente. Soy una tía muy pasional. En el escenario alcanzo un estado de plenitud máxima y ahora que lo dices, hay algo de místico en eso. Me dejo la piel en cada actuación y para mí nunca hay concierto pequeño, aunque la sala no esté llena. Lo vivo con mucha intensidad.

En tu concierto de Granada comentaste el polémico Premio Nobel concedido a Bob Dylan, uno de tus iconos, quieres profundizar sobre este tema?

Mucho se ha comentado ya sobre el tema, no sé si podría aportar algo nuevo. Hubo bastante gente que dijo que Dylan no se merecía el Nobel; quizá el Nobel no se merezca a Dylan. En cualquier caso, creo que méritos literarios no le faltan. Ha sido capaz de acercar la poesía a las grandes masas y cuenta con una obra extensa y única. Si nos ponemos puristas, podríamos leer sus letras sin música alguna y seguirían siendo tremendamente bellas. Es cierto que quizá su actitud ante la noticia no fue de lo más acertada, pero Robert Zimmerman nunca ha seguido protocolos.

 

Texto: Manuel Borrero

2 Comentarios

  1. Las mejores letras que escuché en mucho tiempo. Gran banda

  2. MOlan

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