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Clutch – Sala Apolo (Barcelona)

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Tras agotar entradas en su anterior visita a la ciudad condal, Music Hall, el cuarteto de Chicago regresaba a la capital catalana para presentar su disco más reciente, Psychic Warfare (Weathermaker, 2015), en un recinto de mayor aforo como es Apolo. No se colgó el cartel de agotadas las localidades pero no debió quedar demasiado para ello. Les acompañaban Lionize y Valient Thorr dando forma a un cartel atractivo y con diferentes puntos de vista en la manera de enfocar el exceso de decibelios.

Debido a los prontos horarios de inicio no pude ver más que dos canciones de Lionize, los encargados de abrir la velada. Suelen mezclar hard y stoner con ritmos reggae e incluso dub pero en los minutos que un servidor presenció de su actuación se dedicaron a recrear sonidos clásicos de rock machote sin dar ninguna pista de esas excursiones que los hacen diferentes. A continuación tomaron las tablas Valient Thorr, de los que guardaba buen recuerdo de un pase anterior por el Estraperlo de Badalona. Recuerdo agradable que no se repitió esta vez. La entrega de su cantante no fue suficiente para remontar una actuación deslavazada e inconexa que no cogió ritmo en ningún momento. Las canciones nuevas no enganchaban y de ahí que solo tomaran impulso con «Double Crossed» perteneciente a su álbum Stranger, editado en el ya lejano 2010.

Con el público expectante Clutch subieron al escenario pisando gas a fondo con una furiosa «X Ray Visions». El muro de sonido que fraguan tiene la embestida de una locomotora lanzada a toda máquina pero, al mismo tiempo, es poseedor de un groove brutal, cadencias rítmicas del hip hop y riffs de guitarra sacados del manual de Black Sabbath pero reforzados por una marcha más de velocidad que, sumado a sus raíces punk y hardcore, les otorga esa personalidad definida que los diferencia de cualquiera de sus contemporáneos.

Neil Fallon es el gobernador de todo, se mueve por el escenario con soltura, su expresión gestual es magnética y mantiene a todo el personal pendiente de sus pasos mientras de rienda suelta a su voz huracanada no carente de matices ni de inflexiones vocales. Tiene una garganta privilegiada y es un gran cantante al que se debiera valorar en su justa medida. Otro de los focos de atención es Jean- Paul Gaster. Uno de los mejores baterías del presente. Su manera de tocar, fluida, delicada cuando procede y recia cuando es necesario, es fundamental para el latido vital del grupo. Tim Sult, gran guitarrista, y Dan Maines (bajista) permanecen concentrados, solemnes y estáticos, sin prestar atención a nada más que lo que tienen entre manos. Llevan toda la vida juntos, desde que empezaron a principios de los noventa, y funcionan con la precisión de un reloj suizo.

Conjugaron un repertorio, lo están variando en cada concierto de esta gira, tan dirigido a la vieja guardia como a esos seguidores que se han incorporado más recientemente dado el éxito comercial de sus dos últimos trabajos. Hubo temas de su segundo álbum, «Spacegrass», de Pure Rock Fury («Inmortal»), Blast Tyrant («La Curandera», «The Mob Goes Wild»), Strange Cousins of the West («Struck Down», «50.000 Unestoppable Watts», la versión del «Algo ha Cambiado» de los argentinos Pappo’s Blues cantada en castellano) así como la descomunal «Electric Worry» contenida en From Beale Street to Oblivion y que hizo temblar el suelo de la sala del Paralelo ante el delirio del público. Junto a ellas una nutrida representación de ese par de lanzamientos que los han aupado comercialmente a un estrato superior, entre otras la coreada «Earth Rocker», la veloz «Noble Savage» (menudo solo de guitarra se marca Tim en ella), «A Quick Death in Texas», el momento de paz de la calmada pero intensa «Son of Virginia» y la vacilona «DC Sound Attack» donde se marcan una mini jam al estilo de algunas de esas bandas paralelas que ninguno de sus fans deberían obviar y que facturan discos fantásticos. Ya saben, The Bakerton Group, King Hobo o The Company Band.

Resumiendo, otro gran recital a cargo de unos músicos serios y muy trabajadores que merecen de sobras su actual estatus. Se lo han ganado a base de sudor y profesionalidad. Sí, los he visto dando un nivel más alto en otras ocasiones, su presencia en el Lido berlinés en la gira de Earth Rocker fue un absoluto cañonazo, pero es que una noche sobria de los de Maryland es una muy buena de bastantes otras bandas. Jefazos.

Manel Celeiro

Foto Clutch (Apolo, BCN): Sergi Fornols

 

One Comment

  1. Yo matizaría que a Valient Thorr les falló el sonido. Si la mezcla hubiera sido decente la impresión que dieron habría sido otra

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