Encuentros

Paul Zinnard, la modernidad del clasicismo

paul-zinnardbaja1

 

Tras su estancia en bandas como The Bolivians o The Pauls, el mallorquín Carlos Oliver puso en marcha un proyecto en solitario bautizado como Paul Zinnard. En él, a lo largo de cuatro discos -el último y más reciente Back Door Bullets– ha expresado su pulsión más rockera, en el sentido clásico que no revivalista del término. Fluctuando entre matices más o menos instrumentados y arreglados, con su nuevo trabajo parece haber encontrado el paso perfecto, también gracias en parte al arropamiento ofrecido por unos músicos que ya cuentan con un marchamo de banda, para lograr su escenificación más contundente y rítmica pero también la más sobria y compacta. Todos esas son las características que marcan unas nuevas composiciones sobre las que hablamos, aunque no únicamente, con el propio autor…

 

Tu nuevo disco Back Door Bullets consta de siete canciones, ¿siempre trabajaste con la idea de esa concisión de temas o ha sido el resultado de descartes?

Siempre suelo dar por hecho que va a haber descartes. En este caso sólo hubo uno, y fue una canción descartada con todo el disco ya mezclado. El motivo fue que me pareció que no encajaba bien en el discurso general del disco, aunque también es verdad que desde el principio quise que este tuviera pocas canciones para poder dedicar más tiempo en el estudio a cada una.

Aunque hay un sonido común y parecido a lo largo de tu carrera en solitario, sí parece que con este disco ha habido un interés por presentarte más rotundamente sobrio…

Sí, la sobriedad y la complicidad son una obsesión para mí, no sólo en la música sino en todas las artes. Creo que para llegar al fondo de las cosas hay que desnudarlas del todo, y quizás luego volverlas a vestir. La cuestión clave en mi música es cuánto la visto después de haberla desnudado. Creo que en este disco las canciones van vestidas sólo con lo imprescindible. He procurado que no haya una nota de ningún instrumento que no porte la esencia de la canción, creo que eso hace que fluya con verdadera naturalidad. El ritmo también está construido como una parte simbiótica de la melodía, es decir que los patrones de la batería no tratan de complementar la línea melódica de la canción sino que son como una parte indisoluble de ella. Para explicarlo mejor, es como si los golpes y los silencios de la batería estuvieran ensamblados con el fraseo de la voz.

Y en la construcción de ese sonido, ya diría que característico, ¿qué importancia tiene la presencia de, no ya unos músicos acompañantes sino lo que parece ser una banda?

Para mí tiene mucha, es muy importante encontrar afinidad en los músicos con que trabajas, y pienso que eso es más sencillo cuando llevas un tiempo tocando y has definido una propuesta musical propia, porque aunque suene paradójico, creo que cuanto más ceñida y concreta sea tu propuesta artística, más libertad de acción le estás dando al músico. Quizá esa sea la principal diferencia entre un músico acompañante y un músico que forma parte de una banda, la libertad de acción de cada uno y la implicación que hace que la canción suene como una sola cosa en vez de cinco instrumentos por separado.

Curiosamente muchos músicos abandonáis la “disciplina” de una banda para acabar contando con otra. ¿Es la necesidad de esa sensación “grupal” algo inevitable en este tipo de géneros musicales ?

Quizás sí haya algo inevitable de sensación grupal en este género musical, aunque los motivos por los que uno emprende una carrera en solitario tienen mucho que ver con la parte práctica de la música, llega un momento en el que no es fácil tener una banda, porque los objetivos y los intereses de cada uno van separándose. Yo tuve la necesidad de dejar de tocar en bandas y de enfrentarme al público solo con una guitarra, pero enseguida eché de menos el placer orgásmico de tocar en grupo. Ahora puedo decir que disfruto ambas cosas pero en grupo siempre es mejor.

paul-zinnard-baja-216_0065bn-1

En tu estilo es fácil ver aparecer nombres como Neil Young, Lou Reed, Costello o Westerberg, lo que habla de una influencia clara del rock clásico, pero casi con la misma fuerza se impone una forma de hacer las cosas actual y personal. ¿Un equilibrio entre ambas sensibilidades es la gran aspiración de tu música?

Creo que cuando hablamos de clásico también hablamos de modernidad, precisamente los que mencionas son clásicos porque su discurso y sonoridad sigue vigente y casi son un modelo a seguir, para mí eso es ser rabiosamente actual. Pero yo no aspiro a eso en mi música, sí aspiro a la durabilidad de mis canciones, pero lo hago por un afán de que perduren porque tengo la idea de que las voy a cantar muchas veces durante mucho tiempo y necesito que sean siempre vigentes en mi voz y en mi cabeza.

Un disco que también se presenta muy compensado entre ritmos pegadizos-directos y otros lentos o medios, ¿ha habido una decisión encaminada a buscar esa proporcionalidad?

No, incluso lo contrario, tenía más la intención de que éste fuera un disco totalmente enfocado al ritmo. Lo he buscado desde el momento en que empecé a escribir las canciones, luego, una vez que las empiezas cobran una vida propia y te llevan por caminos que no habías proyectado. Pero sí me gusta el equilibrio que se ha creado en el disco entre energía y pausa.

portada-bdb-600x600

En la nota de prensa hablas de un término relacionado con el proceso de grabación que me ha llamado mucho la atención, es el de “rehumanización”, ¿a qué te refieres con ello?

Esto es algo con lo que el público en general puede que no esté familiarizado, aunque sí note que algo está pasando. Me refiero al hecho de que los estudios de grabación hoy en día han evolucionado por un camino que va restando protagonismo a los músicos por medio de aplicaciones que están diseñadas, en principio, para ayudar. Me refiero a los correctores de afinación, a los correctores de tempo, a la edición digital en general, incluso al copy/paste. En resumen, esto se ha convertido en una búsqueda de perfección con la excusa de ahorrar tiempo y por lo tanto dinero de estudio, y que no hace sino artificializar y homogeneizar la música que escuchamos. Básicamente me refiero con rehumanización a renunciar a estos supuestos avances tecnológicos, (para mí no lo son) y recuperar la magia de la música. Es posible que la nueva vanguardia consista precisamente en esto, en darle la espalda a la tecnología y volver a ser humanos, errores incluidos.

 Tus primeros discos creo que te llevaron mucho tiempo componerlos, el anterior salió casi del tirón, ¿en éste cómo ha sido ese proceso?

También ha sido muy rápido, creo que gracias al trabajo anterior. Creo que cambié algo fundamental en mi manera de componer. Antes me centraba mucho en escribir la canción y todo se basaba en la búsqueda de la siguiente línea, nunca saliendo de la idea del formato canción. Ahora me importa más la historia y su contexto, y no pienso en el formato de canción, creo que eso es lo que ha hecho que mi trabajo fluya ahora con una nueva rapidez. Las canciones brotan algo más inconscientemente. Probablemente el resultado no sea mejor que antes, pero el proceso se me hace más disfrutable.

Prácticamente todas tus letras están narradas en primera persona. ¿Habla eso de un disco muy orientado a lo personal o hay que barajar la posibilidad de la construcción de personajes?

Tengo que hacer memoria para responder esto. Sí, es un disco personal aunque también actúo en nombre de otros, quiero decir que aunque mi persona da para mucho y siento que tengo muchas cosas que contar, a veces me agota el ejercicio de introspección y se convierte en algo peligroso y enfermizo, así que de vez en cuando me oxigeno contando historias de los demás, aunque para hacerlo necesite ponerme de protagonista y contarlo en primera persona.

Personalmente entiendo «Haircut» como un acercamiento irónico al mundo de las apariencias, incluido el musical, no sé si estoy en lo cierto y si sobre tu visón de este “negocio” hay algo de eso…

Sí hay bastante de eso, aunque no quiero ser peyorativo. Respeto el mundo del espectáculo pero también reivindico el contenido como único espectáculo. Para mí la música es una magia que se produce por una alquimia incontrolable y que debe funcionar por sí misma al igual que lo hace la poesía escrita en un papel o una pintura en una pared. Si no es así, a veces incluso deja de ser música y se convierte en una ilusión, y muchas veces también en una mera especulación. También entiendo que mi manera de verlo es absolutamente anacrónica, pero no puedo evitar pensar que estoy en lo correcto y que los que se equivocan son todos los demás.

En alguna entrevista recuerdo escucharte decir que son esenciales para ti referencias relacionadas con otros elementos al margen de lo musical, como por ejemplo la lectura. En esta ocasión has declarado que en la composición del disco ha habido momentos exclusivamente relacionados con la escritura, ¿cuánto tiene este disco de literario y cuánto de musical?

No es fácil responder a esto en términos de porcentaje, pero sí podría decir que la escritura ha sido el principio del proyecto, y que la música ha entrado después. A pesar de todo no puedo evitar ser músico, quiero decir que creo que es más natural en mí la música que la escritura, aunque esto sea sólo una percepción. Quizá sería algo a estimar canción por canción, porque en algunas como «Haircut», la música es una mera excusa, y sin embargo en «Bound for Heaven» creo que le aporta todo el sentido y la emoción al texto.

Un proyecto en solitario que ya supera los cinco años…¿si echas la vista atrás, sientes los inicios como Paul Zinnard ya lejanos o todavía te sientes dando los primeros pasos?

Siempre tengo la sensación de estar empezando, creo que porque procuro mirar poco atrás y no tengo nunca ninguna sensación del camino recorrido. Por otro lado tengo siempre la idea de que estoy muy cerca de conseguir lo que busco, que es hacer que la música que llevo en mi cabeza suene en los oídos de los demás tal como suena en mi cabeza.

Texto: Kepa Arbizu

 

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Contacto: jorge@ruta66.es
Suscripciones: suscripciones@ruta66.es
Consulta el apartado tienda

Síguenos en Twitter