Treinta dos años después, el arbitraria, cruel y puerilmente vilipendiado “Angel de cuero” (así acristianado por Umbral) de Legazpi, retornó de nuevo a la localidad armera. El centenario y bello frontón eibarrés Astelena acogió a cerca de cuatrocientos osados (se deben portar toneladas de valor para –incluso- reivindicar la creación artística del madrileño) acólitos del hacedor de “Arañando la ciudad” o “Ramoncin y W.C?”, que en todo instante, corearon y trepidaron por toda la retahíla de hits regalada por el chuleta fardón sexagenario de “El Foro”.
Con el guiño de “Bat, Bi, Hiru. Gabon Danori (“Un, dos, Tres. Buenas noches a todos”) y ese fiel retrato del ocaso del punk que es ”Putney Bridge”, se abrió un set-list de más de dos horas y media, donde una lubricada banda (aunque con tendencia en ciertas ocasiones al AOR) junto a su jerarca, surcaron el rock-fm americanista de los años setenta en “Estamos desesperados” o “Como un susurro”; donaron mayor celeridad –estimo, en claro desacierto- a la muy Burning “la chica de la puerta 16”.
Transitaron por la senda de la E Street Band -circa 1985- en la tripleta rockera conformada por “Canciones desnudas”, “Reina de la noche” y “Miedo a soñar”; coronaron la cumbre con la concluyente y subversiva “Forjas y Aceros” (sucinta descripción del escarnio sufrido por los paletas siderúrgicos en Reinosa y Bilbao en la década de los ochenta), la recia y altanera “Rock & Roll Duduá” y la sutil y emotiva “Angel de Cuero”; y utilizaron cartas ganadoras para concluir el festín con las masivamente celebradas “Al Límite” y “Hormigón, Mujeres y Alcohol”.
La vindicación de la lucha contra la violencia de género, la irónica carga contra el -en general- vacuo, ñoño e insípido movimiento indie y la declaración de amor para con los territorios vascos, destacaron en el discurso de este poseedor de un considerable arte escénico. En el debe, anotaremos la no inclusión de alhajas tales como: “Sin Aire”, “Sal de naja”, “Marica de terciopelo” o “Nicaragua”. Magnifica y sorprendente velada.
Texto: Aitor Bakaikoa
Fotos: Mr Duck
