Celebraban Los Brioles su treinta aniversario a una hora extraña (cercana a la medianoche) y en un lugar extraño, la sala anexa de Bikini donde se había improvisado un escenario y una “justita” mesa de sonido. No impidió eso que hubiera un lleno absoluto de gente dispuesta a disfrutar de esos treinta años de briolismo ni que la banda sonara como un cañón a pesar de lo apagado del sonido inicial y de que se colaran ritmos machacones de la sala de al lado. El grupo salió a comérselo todo y, por supuesto lo hizo. Como siempre vamos.
Repasaron toda su historia por lo que tuvieron tiempo para que cayeran canciones como «Los hombres muertos no hacen ruido al caminar», «Pegado a ti» (por partida doble) o «Down Down Down». Bromearon – si no no serían Los Brioles-, rieron y tocaron como nunca. Y además se dejaron acompañar ¡y de qué manera! Un soberbio Blas Picón se sacó de la manga la versión del «Going Back Home» de Dr. Feelgood que hace unos meses ya tocaban en el homenaje a Wilko Johnson y compañía, mientras Mario Cobo, presentado como “el único que ha triunfado de la familia”, se salía en un «Be Bop Ska» convertido ya en clásico. Versionaron con su habitual solvencia el «It’s Only makes Believe» de Conway Twitty vía Elvis y no faltó su «Should I Stay or Should I go » de The Clash para dar cierre, prácticamente porque les obligamos a un par de bises, a una noche de rock and roll de esas perfectas. Por muchos años.
Texto: Eduardo Izquierdo
Foto: Jordi Sánchez