De todos los guitarristas que pululan por esta hermandad, Ariel Rot sigue siendo, en mi opinión, humilde o no, el más prolífico, destacado y versátil de todos. Desde sus inicios de desenfreno adolescente con Tequila, en solitario y vuelta al desenfreno ya no tan adolescente con Los Rodríguez. Su última y muy productiva etapa en solitario ha resultado tan aclamada unas veces con silenciosa en otras. El viernes volvió a Barcelona para defender su calidad y su directo. El motivo era la presentación del nuevo trabajo <La Manada>. Una colección de canciones que bien podría ser un homenaje a su vida entera y la gente que ha compartido en ella. Llegó en forma de cuarteto y acompañado de viejos compañeros, como Candy Caramelo a las cuatro cuerdas, Toni Jurado a la batería y Mauro Mietta a los teclados. La sinceridad me obliga a decir que el inicio fue flojo pero la energía brotó a partir de los diez minutos y sin necesidad aún de haber llegado a los viejos himnos.
Se presentaron temas de su último trabajo así como cada uno de sus discos de última etapa. <Hoja de Ruta> del disco Frank o la bailonga <Dos de Corazones> del excelente Cenizas en el Aire. Las esperadas <Adiós Carnaval> o <Baile de Ilusiones>. Momentos de considerable vista atrás con Tequila y <Rock and Roll en la Plaza del Pueblo> y más tarde visitas a Los Rodríguez con <La milonga del Marinero y el Capitán>, inspirada en la Barcelona de los años 70 que Ariel Rot conoció recién llegado a la península. <Canal 69> y <Tú me estás Atrapando otra Vez>.
Se mueve cómodo a través de todo su repertorio, tan pegada su voz a su guitarra que parecen ser una misma línea infalible. Se ha convertido en uno de esos músicos en los que no sólo quieres oír sus canciones y poder cantarlas desde la multitud, sino también disfrutar de cada nota ejecutada. Corroboré por enésima vez el muy buen estado de forma del artista de 56 años, a quienes éstos le han sumado lo positivo.
Sala llena, de fans y de amigos. Rodaron por la sala Germán Vilella, su compañero en Los Rodríguez y, en una segunda fila, su amigo y músico Sergio Makaroff. Es sin duda uno de los conciertos que recordaré una vez haya finalizado el año, por seguir sorprendiéndome como músico y como persona. Para terminar una frase a la audiencia: ‘Cuiden de sus hijos, tráiganlos a nuestros conciertos’. Hasta la próxima, aquí te esperamos.
Texto: Mario X
Fotos: Guillem Pacheco
