Poco se puede añadir de una institución como Fino Oyonarte. Responsable de himnos del rock nacional imperecederos gracias a Los Enemigos, no hay que olvidar su aportación en Glutamato ye-ye o en Glovis y toda su labor bajo los controles de la producción de gente como Los Planetas, Lagartija Nick o Los Deltonos. Vuelve a estar en primera línea gracias al esperado retorno de Los Enemigos (Vida Inteligente) y aun así ha encontrado un hueco para contarnos lo que le sigue motivando cada día.
Disco
Magic & Loss de Lou Reed. Me cuesta mucho escoger un solo disco suyo – Lou Reed ha tenido muchísima influencia sobre mí, desde la primera vez que le escuché – pero Magic & Loss tiene un significado muy especial, ya que me ayudó a superar la tristeza en la que me sumí por la inesperada pérdida de mi mejor amigo, Lalo Cortés – que también fue manager de Los Enemigos. Pasé mucho tiempo enganchado a ese disco.
Fakebook de Yo La Tengo. Puede que no haya habido un solo viaje largo en coche con Cris, en casi 20 años, en el que no sonara este álbum. Parece cómplice de nuestra unión. Es una cinta de casete que hemos escuchado miles de veces y ahí sigue, aguantando, haga frío o calor. Es como un amigo de verdad, está ahí siempre que lo necesitas. «Did I Tell You», «The Summer», «What Can I Say»…han sido – y siguen siendo – las mejores compañeras de viaje.
Canción
– «Wined and Dined» de Syd Barrett. Es de mis favoritas. Estamos tan acostumbrados a las canciones cuadriculadas, que cuando algo se sale de lo normal y además de forma tan natural, se convierte en una genialidad. En Syd Barrett esto es algo innato. La forma en la que canta «Now musk winds blow»…es para mí una auténtica maravilla.
Concierto
– Elliott Smith en Town Hall de Nueva York,. Lo recuerdo con la misma emoción que aun siento cuando escucho sus discos. Estaba él solo en el escenario, con la guitarra acústica. El teatro estaba lleno a rebosar, había gente sentada hasta en los pasillos. Mientras tocaba, un silencio sepulcral, pero cada vez que terminaba una canción, las ovaciones eran… ¡una cosa exagerada! Y él parecía que se iba a romper en cualquier momento, pero a la vez transmitía muchísima fuerza. Lo estoy escribiendo ahora y se me ponen los pelillos de punta.
Película
– «2001: Una odisea del espacio» de Stanley Kubrick es mi película favorita de todos los tiempos. Tan abstracta, inquietante y poética. Todas esas imágenes: el monolito rectangular, el ordenador HAL 9000, el embrión final… son imborrables. Siempre me ha atraído la ciencia ficción y además pertenezco a una generación para la que 2001 aun significaba «EL FUTURO». Había leído de pequeño el libro de Arthur C. Clarke, sin entender el final… y con la película me ocurrió lo mismo. «¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos?» que dirían Siniestro Total.
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Libro
– «Concierto del desorden: Poesía Reunida (1981 -2008)» de Leopoldo Alas Mínguez. Es un libro que procuro tener siempre a mano, para no olvidarme de Leopoldo, de su voz y de su visión sobre el mundo que conoció y que, creo, enriqueció, a través de su obra, tan moderna, actual y genuina
Vicente Merino
