Encuentros

Aurora & The Betrayers: On tour presentando «Vudú»

plano-americano-colorbaja

Aurora & The Betrayers vuelven a enfrascarse en una gira nacional con la que recorrerán las principales ciudades españolas. A propósito de esta nueva incursión de carretera y manta, hablamos con ellos acerca de su último trabajo, Vudú (Sietepulgadas, 2016), de los prejuicios estéticos superados tras su primer LP, Shadows Go Away (Sietepulgadas, 2014), de las formas que tiene la música de desgraciarnos (y agraciarnos) la existencia y, sobre todo, del espíritu que subyace tras una de las voces más impresionantes del panorama soul de nuestro país.

Estas son las fechas del tour: Noviembre: 16 Valencia (16 Toneladas); 12 Murcia (12 & medio); 26 Zaragoza (Jazz Zaragoza Festival); 30 Barcelona (Bikini – Budweiser Tour); Diciembre: 3 Málaga (La Trinchera- Málaga in Black); 8 Sevilla (Sala X – Budweiser Tour); 9 Córdoba (Ambigú Axerquía-Budweiser Tour); 10 Madrid (Sala But – Budweiser Tour)

 

 

A propósito de vuestra nueva gira nacional, patrocinada por el circuito Budweiser, ¿vais a aprovechar para desgranar al completo Vudú, vuestro último retoño, o dejaréis sitio para Shadows Go Away?, ¿qué nos vamos a encontrar los que vayamos a veros? En este disco pareceis tirar más de teclados, sonidos sintéticos, y referencias más heterogéneas que en Shadows. ¿Afectará esto a la hora de poner en directo los temas antiguos?

Ya que estamos presentando Vudú, tocaremos todas las canciones de este nuevo disco en directo. Seguimos haciendo canciones de Shadows go Away por supuesto. Nuestros conciertos son enérgicos y llenos de influencias y colores, como nuestra música. Las nuevas canciones, así como los directos están evolucionando hacia un lado menos «ortodoxo» y reflejan el eclecticismo y personalidad propia que nos define. Es difícil definir a la banda, la verdad. Apostamos por sonoridades diferentes y nos gusta experimentar con cada canción sin prejuicios. Las canciones del primer disco son de corte más clásico y de carácter más orgánico y siempre es más sencillo llevarlas al directo que las canciones del segundo disco que son más complejas por su sonoridad, pero también nos gusta jugar con eso y que los directos sean dinámicos y podamos mostrar la evolución de nuestra música.

Vamos con una de esas preguntas manidas pero trascendentes: ¿Por qué “Vudú”?, decíais en una entrevista que “la música a veces te apasiona y otras te destruye”. ¿Va por ahí?

Bueno, un poco si. Para nosotros cada canción es un mundo y concebirla puede llegar a ser tan fascinante como tedioso. Además cada una lleva su carga emocional a todos los niveles y cuentan experiencias diferentes tanto con la letra, como con la armonía y los arreglos. De ahí que entendamos que cada canción en Vudu sea como un alfiler o espina que se transforma en canción.

¿Qué formas tiene la música de destruirte?

Yo pienso que cuando haces música que lleva implícita tus emociones, te abres en canal y compartes tus emociones constantemente. Expones tus sentimientos y a ti mismo. Ese «simple» hecho es como ahondar en tus cargas emocionales una y otra vez. Hacer música es placentero y obsesivo al mismo tiempo. Te alimenta y te consume. Y ya no es solo la música en si, sino todo lo que hay detrás de tener un proyecto. Es mucho trabajo.

“Si Vudú hubiera sido el primer disco, lo hubiera pasado realmente mal, porque tenía que enfrentarme a una lucha con mis propios prejuicios musicales”, comentaba Aurora recientemente. Ahora que estos prejuicios (¿Cuáles eran?) han desaparecido, ¿tienes nuevos? (como diría Groucho Marx). ¿Hay algo que piensas que nunca hubieras hecho (musicalmente hablando) y has tenido que enfrentar?

Todos tenemos algún tipo de prejuicio en algún campo de nuestra vida. Es cierto que cuando haces música de unos estilos determinados, tiendes a empatizar menos con otros estilos o con otras maneras de hacer las cosas. Tendemos mucho a etiquetar las cosas y todo lo que nos cueste catalogar nos genera rechazo o desconcierto. Yo he aprendido a quitarme ese tipo de lastres al enfrentarse a otros sonidos, estilos o maneras de cantar que antes veía impensables. Todos necesitamos procesos de asimilación progresivos, si no tendemos a negarnos a sufrir los cambios. Salir de tu círculo de seguridad siempre es un poco traumático, pero una vez sales es cuando empiezan a pasar cosas que nunca creíste posibles. Siempre aparecen otros miedos, pero la experiencia te hace no obsesionarte por tonterías. Para mi el mayor reto ha sido tener que defender en directo canciones y situaciones que yo creía que escapaban a mi control. Canciones nuevas que ya no eran fáciles de escuchar para el público. Esa inseguridad era como no saber quién era, pero que con el tiempo me han hecho muchísimo más fuerte.

En vuestra nota de prensa aparece la frase de una crítica, “no siempre se encuentran donde uno se espera encontrarlos”. ¿Os sucede lo mismo a vosotros?, ¿empezar con una idea establecida y acabar con otra completamente diferente?, ¿es importante tomar un punto de encuentro común a la hora de componer?

Si, tendemos a dejarnos llevar musicalmente hablando y las canciones van mutando mucho. Tenemos puntos de encuentro, si, pero también cada día cambiamos de opinión. Es importante saber que una canción lleva trabajo, pero también hay que saber tomar la fotografía del momento y que no se alargue en el tiempo hasta que creas que esa idea es perfecta. Nunca lo será. A medida que componemos más y más canciones, nos damos cuenta de que ya tenemos patrones que repetimos y se va creando nuestra personalidad, pero cambiamos de un extremo al otro sin preocuparnos.

He creído notar ese deje de improvisación y espontaneidad del que hablábamos en la anterior pregunta (no saber dónde encontraros) en este Vudú. ¿Puede ser?

Si, bueno… es parte de nuestra lucha con nosotros mismos. Siempre escuchamos música y nos inspiran cosas muy diversas. Es lo que hace que no sepamos muchas veces dónde acabarán nuestras canciones. Es muy emocionante. Aunque también es cierto que también organizamos nuestros pensamientos a la hora de producir las canciones. No es todo improvisación. Una dosis de cada.

baja

“Aurora & The Betrayers parece no imaginarse su propio techo artístico”, se lee un poco después. Sin embargo, opino que todos tenemos un sueño húmedo y secreto cuando empezamos a tocar. ¿Cuál sería el vuestro?, ¿tocar en el Palacio de los Deportes, dar la vuelta al mundo, tocar con alguien en especial…?

Bueno, por supuesto queremos que nuestra música llegue lo más lejos posible, pero sobre todo queremos vivir de ello, girar por diferentes países… Tener la oportunidad de hacer discos y poder continuar creciendo.

A la hora de hablar de colaboraciones, tenéis el currículum bastante cubierto. Habéis tocado incluso con Larry Graham. ¿Cómo han sido estas experiencias, nos han dejado alguna lección, al colaborar con músicos más experimentados?

Bueno, la sensación siempre es de gratitud por poder compartir con alguien a quien admiras. Es genial conocerles en persona y ver que por lo general, cuanto más grandes, más humildes son. Con algunos hemos tenido la oportunidad de tener más relación que con otros, pero aun así, nos tomamos como un aprendizaje el hecho de verles tanto encima como detrás del escenario.

¿Para cuándo el salto internacional?

En ello estamos. Con suerte, el año que viene.

Sietepulgadas Records es vuestro propio sello discográfico. ¿Cómo surgió esta idea?, ¿qué partes positivas y negativas podemos encontrar en una autogestión discográfica?

Sietepulgadas surgió en 2007 como resultado de la unión de Jose Funko, Víctor Frutos, Josué García y Martín García. Se juntaron para grabar unos temas que por su estética no cabían en otros proyectos de los que formaban parte (como Speak Low y Mamafunko) y comenzaron a grabar singles, referencias como Octopus o Gigoletto Brass Band. Después comenzaron a producir discos de otros artistas y también trabajaron haciendo música para imágenes (Cine, publicidad). Yo los conocí unos años después y comenzó nuestra aventura. Las ventajas de la autoproducción, a nivel artístico, son muchas e innegables, pero todas ellas se pueden resumir en «libertad de expresión». Comunicar lo que quieres como quieres no tiene precio. A nivel de gestión es bastante duro, porque te toca pasar muchas horas de tu vida haciendo un trabajo que no tiene nada que ver con tu talento, pero es lo que toca.

 

Texto: Elena Rosillo.

 

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Contacto: jorge@ruta66.es
Suscripciones: suscripciones@ruta66.es
Consulta el apartado tienda

Síguenos en Twitter