Encuentros

Buffalo: embistiendo a golpe de hammond y fuzz

FotoJorge

Hace ya casi veinte años tuve el honor de formar parte del jurado del concurso de maquetas del Ruta 66. Fueron dos intensos fines de semana disfrutando en la sala Magic, riendo con el inimitable Maradona -el capo del mítico abrevadero-, debatiendo con Fernando Gegúndez y Reyes Torío, responsable de Al-leluia Records y, a la postre, quien premiaría a los vencedores con la grabación y edición de un álbum. Yo lo tuve claro desde el primer minuto, esa edición del concurso rutero tenía que ser para Buffalo. Los leoneses eran una engrasada e imparable locomotora de hard garagero, primos cercanos de los Sex Museum del cambio de década. Jose Berrot castigaba una afilada Flying V y lucía camiseta de Radio Birdman. Alicia los llevaba en su piel y percutía salvajemente las cuerdas de su Hofner y Toño sacudía su Hammond como si fuera el mismísimo Jon Lord después de un pico de adrenalina en el esternón. Y yo al borde del esguince cervical…

Finalmente ganaron, ¡claro!, y ese compacto se convirtió en uno de mis discos favoritos del fin de siglo; un pequeño tesoro que hacía justicia a ese tornado melenudo que me había dejado completamente noqueado un buen puñado de meses antes. Pasaron los años y nunca más se supo de ellos. Ese disco, como los de sus tocayos australianos, era una obra de culto y objeto de deseo para los que no los disfrutaron en su momento. Pero estamos de enhorabuena, porque ahora Ghost Highway pone en la calle una vistosa reedición en vinilo, con una portada espectacular, un nuevo diseño que encaja con su contenido mucho mejor que la original… ¡Es el momento de volver a reivindicar a Buffalo! Entusiasmados ellos han decidido celebrar el evento con unos cuantos conciertos, los primeros el 27 de mayo en el Gran Café de León y el 28 en el madrileño Funhouse.

Jose, estáis de vuelta tras casi veinte años sin saber prácticamente nada de vosotros… Tengo la duda de si fue antes el huevo o la gallina: ¿Querer reeditar el disco y acabar dando unos conciertos o viceversa?

Todo viene a raíz de que el disco nunca salió al mercado. Las únicas copias que circularon fueron las que nos dieron para nosotros, unas treinta. El sello dejó de existir poco después, creo. Hace unos cinco años logré contactar mediante una red social con la propietaria del sello para preguntarle qué había sido de los cedés, y si podría llegar a un acuerdo con ella para comprárselos y poder distribuirlos nosotros, ya que durante todos estos años, seguía habiendo gente con interés por adquirirlo. Me contestó que habían sido destruidos hace años, que no había nada.

Alicia y yo llevábamos tiempo pensando en reeditarlo en vinilo, para sacarnos esa espinita. Y aquí está. Los conciertos que vamos a hacer este año van a ser para presentar el disco. Tenemos muchas ganas y la maquinaria está engrasada, ya que todos nos hemos mantenido en activo musicalmente durante todos estos años.

¿Habéis quedado contentos con la reedición?

Estamos supercontentos, está hecha con mucho cariño. Y Mik Baro ha hecho un trabajo excelente con la nueva portada.

¿Por qué el cambio de portada?

Aunque la portada del original también era de Mik, era bastante cutrilla, por eso quisimos hacerla nueva y bonita, con un texto de José Carlos Sisto que explica un poco la historia de la banda y con fotos de la época.

¿Algún cambio más? ¿Habéis retocado el sonido?

El sonido es el de la grabación original, tal cual, no se ha retocado nada, ni siquiera se ha remasterizado. Siempre nos ha parecido que la grabación original era muy buena, y aunque es un disco de estudio, suena con una potencia brutal, y hace justicia a lo que era la banda en directo.

Vuestro disco se editó como premio del concurso de maquetas del Ruta 66… Volvamos a aquellos días, ¿Qué recordáis de aquel concurso?

No fue fácil, porque el batería original de la banda, Luis, no podía ir a tocar a Barcelona para la final, así que tuvimos que fichar a otro batería, Iván Fidalgo, que ya se mantuvo en el grupo hasta el final, y fue el que grabó el disco. El primer batería era muy técnico, pero Iván era el batería ideal para el sonido de Buffalo y en la final del concurso, hicimos una buena actuación. Estábamos muy en forma porque fue la época en que más conciertos hicimos.

Ciertamente estuvisteis demoledores y recuerdo que, al menos para mí, no fue demasiado complicado decidir que el premio era vuestro. Y fueron dos fines de semana muy intensos, en los que el Red Bull con Ballantines nos mantuvo despiertos a unos cuantos hasta altas horas de la madrugada, mejor dicho, del amanecer, algo casi obligado en el Magic…

Conduje la furgoneta desde León a Barna de una tirada, y al acabar el concierto yo estaba literalmente hecho puré, así que me metí en la furgo y me quedé dormido. Alicia llegó de repente y me dijo «¡Hemos ganado el concurso! ¿Cómo puedes estar ahí durmiendo»? Tengo un muy feliz recuerdo de todo ello, porque para nosotros fue algo muy importante: ¡habíamos ganado el concurso de la que sigue siendo nuestra revista musical de referencia! Además nos grabarían un disco… Y la gente importante del Ruta alabó nuestra actuación, la hostia. Aunque, al final, la verdad es que Buffalo siempre fue una banda abonada a la mala suerte.

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Dejando de lado las divergencias estilísticas, la diferencia básica entre vosotros y el resto de participantes era el rodaje y experiencia que se os veía. Tampoco era de extrañar, porque en Buffalo os reunisteis unos cuantos músicos conocidos ya por distintas bandas de la escena leonesa de los ochenta y primeros noventa. ¿Cómo surgió vuestra reunión?

Yo empecé allá por el 87 con los Flechazos, en los que tocaba la harmónica, maracas, pandereta y hacía coros. Con ellos estuve hasta poco después de la salida de su primer LP, “Viviendo en la era pop”. Yo de aquella era Mod también, como el resto del grupo, pero mis gustos musicales fueron derivando cada vez más hacia el garaje y 60´s punk. Si a esto le añadimos unos pelos cada vez más largos estaba claro que no podía seguir mucho tiempo más con ellos, aparte de que a mí siempre me había gustado tocar la guitarra. Fue entonces, en el 89 -y casi sin saber tocar nuestros respectivos instrumentos-, cuando formé The Salamanders junto a Juancho López, mi amigo desde la más tierna infancia. El grupo duró hasta principios de los 90, momento en el que Juancho forma The Crépitos y yo junto con Alicia García y Luis Gonzaga montamos Buffalo. A los pocos meses de empezar a ensayar, decidimos tirarle los tejos a Toño Cardiaco para que nos acompañase con el Hammond, y aceptó.

Pero Alicia también estaba en las Besttias…

Había empezado casi a la vez con los dos grupos. Con ellas tocaba la guitarra y Munster Records publicó un elepé compartido con las Pussycats. Además es una gran activista cultural en la capital leonesa, donde programa conciertos, exposiciones, y regenta la tienda de Discos cómics y libros Elektra desde hace casi 20 años.

Una de las características del sonido de Buffalo es el Hammond…

Toño Segura formó parte de Los Cardiacos desde sus comienzos a finales de los 70 hasta su disolución. En León no se entendería el rock sin ellos. Para mí eran una banda excepcional, tanto como músicos como en la calidad de sus composiciones, aunque desconocidos por la gran mayoría.

Y en la batería, habéis cambiado una vez más, ¿no?

Para esta reunión hemos fichado como batería a Quique de Andrés, de Burgos, que ha formado parte de Los Hijos del Napalm y actualmente también toca con los burgaleses Black October. Estamos muy contentos con él, y le ha pillado el aire a los temas a la primera.

Cada uno teníais vuestro background, con obvios puntos en común, pero también cubríais un espectro amplio… ¿Cómo decidisteis centrar el sonido de Buffalo en algo tan concreto y por qué éste en particular?

El sonido del grupo nunca fue algo premeditado, yo hacía las canciones y luego las desarrollábamos en el local todos juntos. Por aquella época, Alicia y yo estábamos enganchadísimos a los grupos de la llamada NWOBHM. Dentro de esa etiqueta, había grupos y canciones que eran purito rock and roll, como Diamond Head, Trespass, etc. Desde mi época teenager, Mod a ultranza, mis gustos musicales fueron experimentando una evolución digamos paralela a la evolución de la música en los 60 y los 70: Stooges, MC5, The New Order, Sonic’s Rendezvous Band y todos los grupos que los emulaban en los 80 y 90 como los Radio Birdman y todo el rock australiano de la época (Bored!, Yesmen, Hitmen, New Christs…) se habían convertido hace tiempo en nuestras bandas de cabecera, entre las que también estaban los Zeppelin, Deep Purple, etc etc. Como ves, todo el buen rock and roll de toda la historia.

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Sin haber editado un disco todavía, ¿con qué otras canciones completabais vuestro repertorio?

Hacíamos muchas versiones y las renovábamos continuamente. Así que me vengan a la cabeza: “Rock And Roll Soldiers” de The New Order, “Little Suzzie” de Bored!, “One Of These Days” de Trespass, “Moon Child” de Rory Gallagher, “White Faces” de Roky Erickson, “Ziggy Stardust” de Bowie, “Gotta Keep Moving” de MC5, “I´ve Gotta Tell You Mama” de los sevillanos The Storm, e incluso el “Casi me mato” de Barón Rojo, que cantaba Alicia «…Iba como loca…» y siempre nos echábamos risas.

¿Qué fue lo que finalmente os hizo terminar esta aventura?

El final del grupo vino en parte porque yo me había ido a vivir fuera, en un principio a Cantabria y después a Navarra, donde vivo hoy día. Tampoco ayudó que, a pesar del trabajo y pasión que todos pusimos, nos persiguiera una mala suerte, que fue constante y poco a poco fue acabando con nuestra ilusión. Y ya no sólo el elepé, que nunca llegó a salir por causas ajenas a nosotros: En el año 95 se publicó un single compartido con The Crépitos. Habíamos grabado “Demon’s Business” en un reputado estudio de Gijón, y había quedado realmente bien. La sorpresa fue cuando al escuchar el single comprobamos que faltaba el solo de guitarra de la canción. El técnico y productor había perdido la mezcla que habíamos hecho en el estudio con él y mezcló otra vez él solo sin saberlo nosotros, y se le olvidó meter la pista de la guitarra solista, de manera que en medio de la canción hay un trozo interminable de ritmo a todo trapo que no tiene ningún sentido. Al menos ese single está ahora cotizadillo.

Y lo de ahora, ¿es un retorno en firme o sólo una alegría calculadamente efímera?

En principio se planteó exclusivamente para presentar esta reedición del disco, que ha salido en vinilo en edición limitada y también en cedé. De momento tocaremos el 27 de mayo en el Gran Café de León y el 28 de mayo en el Fun House de Madrid, aunque tenemos intención de poder presentarlo en directo durante este 2016 en otras capitales como Oviedo, Bilbao, Donosti, Pamplona y Coruña.

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En todos estos años ha cambiado mucho la escena rockera, en vuestra opinión, ¿para bien o para mal?

En algunas cosas para bien y en otras para mal. Aparte de la revolución que ha supuesto internet, yo creo que la gente en general tiene cada vez menos criterio musical, y es la masa la que manda, gobernada por patrones comerciales impuestos y no musicales. A pesar de todo, sigue habiendo gente muy joven que compra vinilos y que da a la música el valor que realmente tiene.

Y a nivel de industria, con unas ventas más bajas que implica que la política de los sellos independientes sea distinta y más austera, ¿veis muchas diferencias?

Esta reedición del disco la hemos financiado nosotros. Tampoco hemos tirado los tejos a nadie para que nos lo sacara; Alicia y yo queríamos hacerlo y punto. Simplemente queremos hacer un poco de justicia con nosotros mismos, y dar la oportunidad de tener el disco a toda la gente que durante todos estos años seguían mostrando interés por tener las canciones. Marco de Ghost Highway nos ha brindado su sello y todo su apoyo para poder sacarlo, y he de decir que a un mes justo de su salida al mercado ya están casi agotadas las 300 copias del vinilo.

¿Se compensa esta precariedad de las discográficas con las posibilidades que ofrece internet y las redes sociales en cuanto a autopromoción y lo barato que resulta grabarte con calidad en tu propia casa?

Poder grabar en casa es una muy buena herramienta para componer, hacer arreglos, pruebas y es para lo que yo uso estas aplicaciones. Puedes tener una canción totalmente planteada y arreglada antes de poder ensayarla con tu banda. Así es como trabajo los temas con Little Suzzies, pero hacer un disco en condiciones es otro cantar.

Y con estas facilidades, porque hay grupos que incluso ensayan por skype, ¿os planteais vuestra continuidad como banda? ¿O las obligaciones de quién está más ya en los cuarenta (supongo) que los veintitantos lo convierte en una tarea titánica, casi imposible?

No nos hemos planteado continuidad, de momento estamos ensayando todos juntos, estamos en forma y tenemos toda la ilusión puesta en las actuaciones que salgan durante el 2016 para presentar el disco. Ha supuesto bastante esfuerzo; no diría titánico, pero poder cuadrar horarios de todos para ensayar con Kike en Burgos, yo en Navarra… Y sí, estamos ya en una edad en la que las obligaciones de trabajo y familia aprietan mucho.

 

Texto: JF León

Fotos (directo): Dena Flows

http://denaflows.com/Photos/ConcertGallery/Buffalo/index.php

 

One Comment

  1. hombrecsa

    Vaya tiempos,salamanders oscuros invaders besttias crepitos moscas y…buffalo..,,,

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