¿Jazz? ¿Post-Rock? ¿Experimental? Seguramente las etiquetas no hacen justicia al universo de los de Chicago. Mejor obviar el encuadre estilístico y centrarse en describir las cualidades intrínsecas de su música. Ésta, destaca por su marcada voluntad de expansión rítmica y una sutil riqueza tímbrica e instrumental. En «Ox Duke» empiezan dulces, relajados, pero acaban tensando el ambiente, enturbiándolo. En «Shake Hands with Danger», miran hacia África. El uso de percusión cromática queda salpicado por una guitarra inquietante, y unas extrañas interferencias que se adivinan en algún rincón del estéreo. Desafiando aquello de que los caminos de la música popular son inescrutables. Ni siquiera en «Yonder Blue» –con la voz de Georgia Hubley– , momento más pop del lote, el envoltorio sonoro se acomoda. Mientras bandas como Battles intentan adaptar parte de ese universo con un acabado del gusto del público indie, McEntire y asociados no se casan con nadie. Su compromiso es de naturaleza artística. Ya saben, crear nuevas texturas, nuevas disonancias, encontrar nuevos formas de dar calidez al sonido… Y a fe que lo consiguen. Acérquense a «Gesceap» o «At Odds With Logic» y lo comprobarán.
Texto: Daniel González
