La actividad discográfica de Paul Roland en este nuevo milenio es frenética. Si tras sus clásicos (de culto, pero clásicos al fin y al cabo) de los ochenta y noventa vino un impasse de silencio de casi siete años -hasta ‘Pavane’ (2004)-, desde entonces raro ha sido el año que no ha visto el lanzamiento de algún título a su nombre, bien fuera de un nuevo disco en estudio –seis en total- o de una nueva antología y/o reedición.
‘In The Opium Den’ es una nueva recopilación de sus primeros trabajos, que abarca desde su debut con ‘The Werewolf Of London’ bajo el nombre de Midnightg Rags hasta aquel maravilloso ‘Happy Families’ del 87. Cierto es que en otros tiempos, cuando su discografía era más difícil de rastrear y conseguir, un lanzamiento de estas características hubiera despertado una considerable algarabía entre sus seguidores, fieles como pocos, pero el goteo de compilaciones de los últimos años así como las reediciones en CD de muchos de sus primeros vinilos la convierte en un simple artefacto más para coleccionistas del bardo de Kent.
Aquí pues no encontramos nada que no estuviera ya más o menos presente, aparte de en los discos originales, en recopilatorios como ‘Waxworks (1995), ‘Gaslight Tales’ (2003) o ‘In Memoriam’ (2010). Si acaso lo que lo distingue en cierto modo es lo exhaustivo de su contenido –cuarenta y dos temas nada menos- y su acotación temporal, aparte del gancho, como en absolutamente todos sus discos, de un artwork tan sugerente como atractivo. En cualquier caso ‘In The Opium Den’ es una nueva y buena oportunidad para que los neófitos puedan acceder a esa especial mixtura de pop barroco y folk psicodélico con las que Roland estableció las bases de su estilo.
En definitiva, un título para fans del psych pop, el garaje de los ochenta, los cuartetos de cuerda y la novela gótica, o para completistas enfermizos como un servidor.
Eloy Pérez
