Seguramente a George Martin le tocó la lotería artística el día que le encargaron que produjera a los Beatles. Su currículum inicial constaba de grabaciones de música clásica y otras de tipo humorístico (Peter Sellers o Spike Milligan). Con las primeras canciones de los de Liverpool la verdad es que no había demasiado espacio para la creatividad, aunque sí tuvo destellos de inspiración de vez en cuando: suya fue la idea, por ejemplo, de empezar “She Loves You” con el estribillo (y fue la canción que desencadenó la beatlemanía). Pero cuando los Beatles dejaron atrás la locura de las giras y decidieron centrarse en sacar más brillo a sus canciones en el estudio, encontraron en Martin al mejor de los aliados posibles, con una paciencia infinita y abierto a cualquier propuesta por disparatada que fuera.
Tuvo oportunidad de aportar sus conocimientos clásicos en su justa medida con los estupendos arreglos de “Yesterday”, el piano de “In my Life” o las cuerdas de “Eleanor Rigby” (inspiradas, por cierto, en la partitura de “Psicosis”, obra de Bernard Herrmann). Pero fue sobre todo a partir de “Revolver” (1966) cuando la evolución de la banda fue impresionante. Y la desbordante imaginación incluida en “Sgt. Pepper’s” o “Magical Mystery Tour” (ambos de 1967) no hubiera sido la misma sin Martin y el uso de loops, arreglos de cuerda y viento, cintas al revés o el mellotron (precursor de los sintetizadores e instrumento que inspiraría a la primera e inminente generación de rock progresivo). Una de sus cumbres como arreglista, y nunca suficientemente reivindicada, fue la fecunda unión de cuerdas occidentales e instrumentación hindú en la composición de George Harrison “Within You, Without You” (por cierto, el exceso de almíbar incluido en “She’s Leaving Home” NO fue obra de Martin). También se ha pasado a menudo por alto la banda sonora que compuso para esa joya de la animación que sigue siendo “Yellow Submarine”.
(Versión instrumental de Strawberry Field Forever donde se pueden apreciar en su plenitud los arreglos de Martin.)
https://www.youtube.com/watch?v=FAeyV_MRxtA
Después de los Beatles, Martin siguió como compositor (colaboró en tres películas de James Bond) y productor de una larga serie de artistas, como Jeff Beck, la Mahavishnu Orchestra, Ultravox, Kate Bush, Elton John o el propio McCartney. Una vez más, el tándem McCartney-Martin logró diversos éxitos en las listas, como “Live and Let Die”, “Ebony and Ivory”, “Say, Say, Say” y “No More Lonely Nights”. Lennon no sólo no volvió a contar con sus servicios tras la ruptura de los de Liverpool, sino que en alguna ocasión llegó a infravalorar las aportaciones de Martin. Y si bien es cierto que George Martin llegó a reconocer que el ingeniero Geoff Emerick fue también responsable de que la música de los Beatles brillara aún más, eso no hace más que añadir la modestia a la lista de sus virtudes. Son recomendables sus discos “The Glory of Gershwin” (1994), con Larry Adler, Peter Gabriel, Sting o Elvis Costello, o “In My Life” (1998), donde recrea temas de los de Liverpool con invitados como Jeff Beck, Bobby McFerrin, Vanessa Mae o Goldie Hawn, con una deliciosa versión jazzy de “A Hard Day’s Night”.
Texto: Jordi Planas
(Regrabación de The Pepperland Suite en 1998, 30 años después de la banda sonora original de Yellow Submarine»)