Discomático

The Delta Saints – Bones

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Me impresionaron mucho la primera vez que les vi sobre las tablas sin apenas haber escuchado nada de ellos. Jovenzuelos descarados que mezclaban la tradición del blues con una sección de ritmo funkera que se diría de cualquier banda crossover de los novena y un vocalista espectacular, con una garganta que alcanzaba límites estratosféricos. Un verdadero torbellino en escena. Ofrecían algo nuevo, diferente, con potencial comercial y mucho futuro. Pero lentamente han ido perdiendo gradualmente parte de lo bueno que apuntaban para caer en algo bastante más previsible e inocuo.

Prescindieron de la armónica para dar entrada a un teclista en aras de engrandecer el sonido y abrir nuevos horizontes. Sí, desde luego que se ha notado, lo que son ahora es algo muy, muy diferente a lo que eran. En su primer disco largo, Death Letter Jubilee (2013), un oído atento ya podía apreciar la presencia de otros derroteros diferentes a los contenidos en sus dos primeros E.P.’s , recopilados en un solo disco para Europa. Pero nada hacía presagiar lo que se nos iba a venir encima con este segundo trabajo tras el apreciable disco en directo Live at Exit / In, decepción absoluta y la sensación de que andan perdidos. De que no saben en qué cojones de dirección tirar. El blues queda relegado a algunos momentos en que la slide toma protagonismo y el resto es un disco absolutamente plano y, sí, aburrido, en que parecen dar palos de ciego en busca de algo que no saben encontrar.

De aquel maravilloso vocalista no queda nada, nunca estalla, parece entonar al ralentí y uno echa de menos aquellas subidas y bajadas, aquellos escalofriantes rugidos que ponían la piel de gallina. Quizás tratan de abrir la puerta que les de el acceso a un público más mayoritario, no sé, pero su camino se me antoja parecido al que en su momento trazaron Kings of Leon. Bones padece de una monotonía compositiva que nunca se ve alterada, nunca te pellizca ni consigue que te detengas y pongas todos tus sentidos mientras escuchas la grabación.

Y es que nunca hubiera pensado que estos chicos pudieran escribir temas tan anodinos e insustanciales como «Berlin» «Butte La Rose», «Bones», «Zydeco», «Dust» o la espesa «Into the Morning». Quizás alcancen el éxito que buscan como les sucedió a los Followill, de hecho lo están consiguiendo en algunas partes, espero que el pecado a pagar por ello no sea quedarse en tierra de nadie.

Manel Celeiro

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