Encuentros

Judy Dyble – Recuperando el tiempo perdido

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Conozco algúnos seguidores del folk británico, pocos pero testarudos, que no cambiaría ni el primer disco de Fairport Convention por ninguno de la época en que Sandy Denny era su voz principal. Tampoco el único de Trader Horne, un disco de culto venerado por los enterados y desconocidos por el común de los mortales, delicioso combinado de inocencia hippy y esencia folkie, rico en en instrumentación y aires levemente psicodélicos y experimentales. La voz clara y firme de Judy Dyble es protagonista en ambos, y su nombre uno de tantos olvidados por la historia, pero presente en la memoria de algunos buenos aficionados que se encargan de recordarnos de vez en cuando su más que prometedora trayectoria en la segunda mitad de los años 60. Poco después de debutar con Fairport Convention, cuando éstos aún se inspiraban en Jefferson Airplane y no habían descubierto a The Band, fue “invitada” a salir del grupo a sugerencia de su productor Joe Boyd. Antes de grabar Morning Way con Trader Horne, le dio tiempo a colaborar con The Incredible String Band y formar parte del grupo que acabaría por convertirse primero en Giles, Giles & Fripp y luego en King Crimson. Luego, el silencio… hasta que a principios de milenio comienza a editar nuevos trabajos de tirada limitada y poca repercusión. Por fin, en 2009 se publica Talking with Strangers, un disco a la altura de su leyenda en el que sobresale «Harpsong», tour de force de casi 20 minutos con la guitarra de Robert Fripp haciendo de las suyas. Este 2015 acaba de aparecer el triple recopilatorio Gathering The Threads (Fire), que recupera trozos perdidos de toda una carrera que no parece haber llegado al final.

Dentro de poco vas a reunirte con Jackie McAuley para celebrar un concierto que conmemore el 45 aniversario de Morning Way. Con el paso de los años se ha convertido en un disco de culto, de esos que atesora la no demasiada gente que lo conoce. Supongo que nunca habías imaginado algo así cuando dejaste el mundo de la música poco después de su publicación. No creo que ni Jackie ni yo esperáramos que Morning Way se convirtiera en un disco tan buscado. ¡Ni siquiera estoy segura de que en aquellos años se hablara de discos de culto! Quizá en el mundo del jazz, pero fuera de eso…

Antes de formar Trader Horne, ya habías formado parte o colaborado con grupos que llegaron a convertirse en grandes nombres en la historia del rock. ¿Echas de menos haber tenido la oportunidad de vivir una vida parecida a la suya? No, no me arrepiento de nada. Esos grupos hicieron lo que tenían que hacer (aparte de Trader Horne, por supuesto), y yo seguí con mi vida, y todas las experiencias vividas y los acontecimientos pasados me han convertido en la persona, la escritora y la cantante que soy.

¿Cómo conociste a Jackie McAuley? El venía de tocar y cantar r’n’b crudo y agresivo con Them, pero la música de Trader Horne es completamente diferente, mucho más suave y delicada. Además, vuestras voces combinan estupendamente. Nos conocimos como se conocían entonces los músicos, a través de otros músicos o simplemente tocando juntos y comprobando lo que funcionaba y lo que no. Seguro que ahora sigue pasando lo mismo. Jackie ya había empezado a componer canciones diferentes, y parecían encajar con los instrumentos que teníamos a nuestra disposición.

Morning Way es un disco muy variado, de raíz folkie pero con cantidad de estilos y atmósferas diferentes. ¿Fue algo que os planteasteis desde el principio o surgió de casualidad? Pura casualidad. Simplemente así eran las canciones que Jack escribía, y las pocas que yo había compuesto. Además, nos ofrecieron un estudio lleno de instrumentos que podíamos usar a nuestro gusto, así que nos aprovechamos todo lo que pudimos de lo que teníamos delante.

¿Porqué dejaste Trader Horne? Por lo que se sabe, no sólo abandonaste el grupo repentinamente, sino que desapareciste del mundo de la música durante muchos años. ¿Qué ocurrió? El trabajo excesivo y el estrés provocado por los viajes continuos me dejaron completamente exhausta. Además, me vi superada por las grandes expectativas puestas en mí. Simplemente no pude soportarlo. No me vi ayudada por nuestros mánagers, en aquella época las cosas no funcionaban así. No desaparecí de todo, grabé algunas cosas, pero debido a mis obligaciones contractuales no podía dejarme ver demasiado. Aparte de eso, me casé, tuve hijos y llevaba con mi marido una empresa de duplicación de cassettes. Puede que sean mis años “perdidos”, ¡pero yo siempre supe muy bien en dónde estaba!

Judy 1972 being interviewed!

Aunque tu decepción debió de ser muy grande cuando fuiste expulsada de Fairport Convention, ellos mismos te pidieron que te unieras a la reunión de la formación original en la Fairport Convention Annual Reunion de 1981, y a subsiguientes celebraciones y aniversarios. ¿No quedaba nada de resentimiento? La verdad es que participar en esas reuniones y aniversarios nunca fue fácil. Siempre fui muy consciente de que me habían expulsado del grupo, así que mi actitud era más bien de desconfianza y preocupación. De todas maneras, resentimiento no me ha quedado mucho. Tal vez sólo la mitad de un poquito (risas).

¿Fueron tal vez esos conciertos una de las razones que te animaron a volver a hacer música? Gracias a esos conciertos de aniversario volví a hacer música. Así conocí a Marc Swordfish de Astralasia, que me convenció para empezar a grabar de nuevo. Al empezar a escribir letras para su música comprobé que todavía podía componer canciones.

¿Cómo empezaste a grabar de nuevo? Porque los tiempos habían cambiado desde mis últimas experiencias musicales, y ya era posible grabar sin las restricciones presupuestarias de los grandes, y caros, estudios. Como no estaba demasiado bien de salud, fue maravilloso que Marc viniera a mi casa a grabarme con su ordenador, y que después él trabajara las composiciones con otros músicos.

Tu voz todavía mantiene el encanto de la primera etapa de tu carrera. ¿Seguiste cantando en el tiempo que estuviste alejada del negociomusical? Eres muy amable, gracias. Canté muy poco durante los años que pasé alejada del negocio. Una o dos canciones aquí y allá, alguna participación en funciones de Navidad locales, eso fue todo. ¡Creo que así conseguí que mi voz descansara! De hecho, cuando volví a grabar ni siquiera estaba segura de que conservara la voz. Fue todo un alivio comprobar que sí.

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En tus últimos discos escribes casi todas las letras. ¿Escribes regularmente o simplemente cuando llega el momento de grabar? No escribo habitualmente. Una parte de una letra se me puede ocurrir mientras paseo el perro, otras veces algo que alguien me cuenta puede desencadenar una idea que tal vez acaba convirtiéndose en una canción tiempo después. También frases sueltas escritas en cualquier momento pueden llegar a ser canciones. Cuando mis amigos músicos me envían melodías o loops, las palabras aparecen de la nada. A veces fluyen y encajan con facilidad, y otras necesitan su tiempo para ponerse en orden, pero lo que sí necesito para escribir es un espacio y un tiempo sin distracciones.

Mi disco favorito de tu nueva etapa es Talking with strangers, misteriosamente bonito y muy ambicioso. Los casi veinte minutos de «Harpsong» deben de haber sido todo un desafío. ¿Era una manera de dejar claro que habías vuelto para hacer las cosas bien? Fue idea de Tim Bowness y Alistair Murphy. Querían sintetizar mi vida dedicada a la música, y entre los dos pusieron música a un poema que yo ya había escrito.

¿Fue difícil juntar a todos los músicos que participan en él? Imagino que la mayoría son amigos, pero no está al alcance de cualquiera contar con Robert Fripp, Ian McDonald, Simon Nicol y Jacqui McShee en el mismo disco. Todos esos músicos son mis amigos. Sólo tuve que escribirles un e-mail diciendo “¿te gustaría…?”, y aceptaron encantados.

¿Prefieres trabajar con músicos de tu edad o con gente más joven como en Flow and Change? ¿Hay alguna diferencia? No tengo ningún problema con la edad de los músicos, si a ellos les gusta trabajar conmigo, yo estoy encantada de hacerlo con ellos. La edad no tiene nada que ver, sólo cuando dicen “no había nacido cuando publicaste ese disco” o “ tenía nueve años cunado diste aquel concierto”, momento en el que doy un suspiro y me siento levemente vieja (Risas)

Gathering The Threads recopila primorosamente tu música de las últimas cinco décadas. ¿Crees que puede servir como una reivindicación de un legado escondido, incluso ignorado, después de tantos años de retiro? En realidad es una recopilación de rarezas, lo menos conocido, lo más extraño, peculiar e insólito de mi carrera. En principio no iba a ser tan extensa, pero me sorprendió encontrar la gran cantidad de piezas grabadas en las había participado. Y todavía se quedaron fuera bastantes más que los coautores no me permitieron publicar. Quizá algún día puedan ver la luz.

¿Qué podemos esperar de la Judy Dyble cantante y compositora a partir de ahora? ¿Estás disfrutando de tu regreso? Al menos, un nuevo disco y una biografía que ya están en proyecto. Después, ¿quién sabe? Más colaboraciones con nuevos y viejos amigos, espero. Lo que sí deseo es divertirme y sorprenderme tanto como me sea posible, así que sí, se puede decir que estoy disfrutando muchísimo de mi vuelta al mundo creativo.

 

Texto: Carlos Rego

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