Sitio de nuevo cuño en el que debuto casi al mismo tiempo que los responsables comienzan a programar. Y aunque a priori pueda parecer un suicidio hacerlo en martes, de acuerdo que coincidió así pero es que la ciudad se cuece de eventos el resto de los días, la parroquia respondió como correspondía. Metido con calzador, la prensa manda, en el cajón de sastre que es ahora el Outlaw Country yo con su permiso no lo veo tan claro y no firmo. A mi Grelle se me antoja mas cercano a Daniel Payne que a Scott H. Biram. De Steve Earle o Townes Van Zandt ni les hablo, por que es mas que evidente. Y tampoco me vale lo de su pasado en bandas de punk. No vi a Chuck Ragan o a Nick 13 salir a colación en toda la noche.
Como en casi toda la gira española se presenta desnudo de banda y con un disco bajo el brazo, el mas que correcto “Steering Me Away” tercero de su cuenta personal, que sus paisanos de St Louis, Big Muddy Records, le han puesto en circulación. No les negaré que me entró cierto pánico, el fantasma del tedio, ante la propuesta. Pero no hubo tema. Se despacho una docena larga de temas desde que abrió con “Four Doors” que sonaron a gloria, y que le reivindicaron como un storyteller de primera. Se acordó del frio de su ciudad natal, de México (estupenda “New México) y se arremangó y se lanzo a la piscina al tener un recuerdo para Michael Brown y el jaleo de Ferguson. Solo heché en falta “Not Taken After Me”. Y cuando en “Winter Wind” se acordó de New Orleans transformó un día anodino en una noche honesta de buena música.
Texto: Paco Jiménez
Fotos: Javier Queizán