Encuentros

Mike Sanchez: De atascos bajo la lluvia al sol de Madrid

MikeSanchez.jpg Hangar baja

Hijo de emigrantes españoles, este pianista británico, rocanrolero hasta la médula, se mudó a la Sierra de Madrid. Desde su nueva base, sigue girando internacionalmente y lanzando plásticos atómicos. Pura energía. Ha trabajado con Bill Wyman, Georgie Fame, Albert Lee, Gary Brooker, Jeff Beck o Imelda May. Es amigo familiar de Robert Plant desde hace años y cuenta ya con una biografía publicada. Mike Sánchez ha vuelto a sus orígenes como uno de los más sólidos artistas del actual retro rock. Nos cuenta su increíble historia. En noviembre nos visitará con una serie de conciertos que prometen dejar huella:

26 nov Awamba Buluba, Barcelona – 27 nov 16 Toneladas, Valencia – 28 nov Gruta 77, Madrid

 

Muchos años por la senda del R&B y el rock’n’roll. ¿Cual fue el momento clave en que decidiste dedicarte enteramente a la música?

Fue cuando tenía 13 años y Elvis falleció, en 1977. Los medios lanzaron todo lo posible el trabajo de Elvis al mundo, vía televisión, radio y prensa. Me di cuenta de la cantidad de fans del rock’n’roll que había por la calles de Inglaterra y el culto adolescente durante aquella época. Mis padres me compraron una guitarra acústica barata cuando tenía 15 años e, inmediatamente, empecé a aprenderme todas las canciones que Elvis grabó para Sun Records en 1954 y 1955. Sentí una conexión natural con la música de los cincuenta y me convertí en teddy boy, después en rockabilly, y más tarde, cuando estaba acabando el instituto y mi primer grupo empezaba a tocar, pasé a ser simplemente un músico. Durante los siguientes tres años fui descubriendo todo el blues y el R&B al que pude acceder gracias a las colecciones de discos de algunos de mis nuevos amigos músicos, que frecuentemente eran mayores que yo y habían vivido la música blues en Reino Unido en los sesenta.

 ¿Qué estilos prefieres en la música de los cincuenta?

Personalmente pongo muchos estilos de música bajo la etiqueta de rock’n’roll: el blues de Little Walter, Howlin’ Wolf, Muddy Waters, T-Bone Walker, Willie Dixon, Junior Parker, Otis Rush, Ike Turner, Big Joe Turner, o el R&B de Roy Milton, Amos Milburn, Floyd Dixon, Charles Brown, Ray Brown, Ruth Brown, Wynonie Harris, etc. Sin olvidar la maravillosa música que vino de Nueva Orleans, como Fats Domino, Dave Bartholomew, Paul Gayten, Smiley Lewis, Lloyd Price, Lee Allen, etc., o los terroríficos sonidos de los salvajes Little Richard, Esquerita, Screamin’ Jay Hawkins, Larry Williams, etc. Y, claro está, el rockabilly de Elvis, Carl Perkins, Warren Smith, Edwin Bruce, Billy Lee Riley, Jerry Lee Lewis, todos músicos de éxito en el rock’n’roll.

 En tus discos se nota una energía renovadora. ¿Cómo te transformas sentado a un piano?

Hago aquello a lo que me he dedicado toda mi vida profesional, y he tocado la música que siempre he amado. Me siento afortunado y honrado de que tanta gente encuentre mi música llena de vitalidad, incluso aunque sea tan vintage comparada con la que la mayoría escucha ahora. Me imagino que es porque siempre comprendí el entusiasmo que el rock’n’roll y el R&B provocaron cuando aparecieron como nuevas formas musicales. Puedo afirmar que hasta hoy solo unos pocos artistas han sido capaces de recrear ese entusiasmo musical de gente como Little Richard, Larry Williams, James Brown y muchos otros. No se trata de tocar, sino de sentir. No soy para nada ni un virtuoso del piano ni de la voz, pero con lo poco que sé me entrego de la misma manera que los artistas originales se entregaban y, por alguna razón, esto es muy difícil de encontrar hoy. A veces bromeo y digo: “Sólo sé tres notas al piano, pero las tres te mueven”.

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 ¿Qué recuerdos guardas de tu experiencia con The Big Town Playboys?

Son quince años de recuerdos como cantante, representante, pianista y líder del grupo The Big Town Playboys. ¿Por dónde empezar? Para los que pueden leer inglés, el año pasado un escritor llamado Michael Madden publicó una biografía autorizada sobre mi vida, Mike Sánchez: Big Town Playboy, disponible en Amazon y en mi website. El libro cuenta muchos detalles cronológicos sobre mi carrera como un Big Town Playboy, nuestra gira por Europa, nuestra participación en festivales con muchos artistas originales del blues como Lowell Fulson, Little Willie Littlefield, Carie y Laurie Bell, y también nuestras numerosas giras como teloneros de Eric Clapton, nuestra relación con el vocalista de Procol Harum Gary Brooker, la gira por EE.UU. y el trabajo con Mick Fleetwood, la colaboración con Jeff Beck en el álbum Crazy Legs, y otros muchos proyectos y grandes recuerdos.

 Un momento especial debió ser conocer a Robert Plant, ¿no?

Robert vivía en la región de Reino Unido donde yo había crecido y había formado mi primer grupo. Solía escuchar nuestros ensayos en una sala encima de un restaurante que frecuentaba y, de vez en cuando, subía y así llegamos a ser amigos. Robert empezó a asistir a nuestros bolos en la zona, junto con sus amigos y su hija Carmen y sus amigas, que se convirtieron en nuestras fans. Entonces comenzamos a dejarnos caer por su casa y nos llevábamos a su hija Carmen y a sus amigas a los conciertos. Le dejábamos en casa, en zapatillas, y nos advertía bien clarito, apuntándonos con el dedo, que no trajéramos de vuelta a las chicas demasiado tarde. Una de aquellas noches fue la Nochevieja de 1983, cuando regresamos a casa de Robert y nos unimos a su fiesta, preparamos los instrumentos y tocamos unos temas. Durante aquella velada, Robert me presentó a todos sus amigos músicos. Hice muy buenas migas con algunos, en especial con el ex bajista de Chicken Shack y Savoy Brown, Andy Silvester, quien fue unas de mis grandes influencias y quien, en 1984, ayudó a crear los Big Town Playboys, uno de los primeros grupos europeos en recrear los poderosos sonidos de la música R&B de posguerra. A lo largo de los años Robert ha seguido siendo un gran amigo al que respeto profundamente y quiero. Estoy muy orgulloso de haber sido su amigo durante años.

 En 1997 formas parte de los Rhythm Kings junto a Bill Wyman, Albert Lee o Georgie Fame. ¿Cómo surgió aquello y qué representó para ti?

Ser miembro de Bill Wyman’s Rhythm Kings durante cuatro años fue un gran honor y también me dio publicidad. Había terminado una trayectoria de quince años con los Big Town Playboys, era un solista independiente y libre, y Bill, que había sido fan desde los ochenta, averiguó que estaba disponible para unirme a su grupo. Gary Brooker, que era el pianista/vocalista de los Rhythm Kings, había confirmado algunas fechas con Procol Harum que entraban en conflicto con la agenda de Bill, y necesitaban una solución. Pero tras unirme al grupo en la primera gira, Bill decidió mantenerme todo lo posible. Fui yo quien decidió dejar los Rhymth Kings, pues tenía otros proyectos en marcha.

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 Al mismo tiempo empiezas a sacar tus trabajos en solitario. ¿Cómo te planteas esa carrera en solitario?

Todavía tengo algunos proyectos en mente. Cuando estuve actuando en solitario, en 2000, ya tenía ideas para grabar álbumes con otros grupos, profundizar en la música vintage, encontrar proyectos que involucrasen más estilos, ¡y todavía hay tanto que quiero hacer! ¡Aún tengo que grabar el más violento de mis álbunes de rock’n’roll con mi propio y fabuloso grupo! También deseo grabar un álbum dedicado a mis padres, con música más suave, sonido de cuerdas y orquestas, melodías delicadas y baladas, quizá un par de boleros al viejo estilo español, algo de lo que mis padres hubieran estado orgullosos. Pero este año, ¡primero ha de ser el álbum rockero!

 En tu disco Almost Grown contaste con Imelda May.

Ella había sido cantante invitada en mi grupo durante algunos años, así que no fue nada extraordinario trabajar juntos. Me hizo feliz poder ayudarla a darse a conocer a mi audiencia allá donde íbamos, y por supuesto, todo el mundo la adoraba. Imelda siempre fue una gran persona, una chica bellísima y espiritual, orgullosa de sus raíces irlandesas, con la habilidad de lidiar con una sala llena de borrachos gritones, llevando todo a su máxima expresión. Tiene una voz asombrosa y da todo en cada una de sus actuaciones. Estamos en contacto.

 Has tardado años en editar So Many Routes. ¿Como ha sido el enfoque de este nuevo disco?

El álbum So Many Routes junto a Albert Lee se grabó después de Almost Grown con Imelda May. Ocurrió hace unos diez o doce años en un estudio de Londres. El estudio cerró y me llevé todas las grabaciones a mi casa, donde estuvieron en una estantería durante años mientras continuaba trabajando en otros álbunes que iban viendo la luz. Hace cinco años mi vida cambió: de repente murió mi padre y me trasladé a España a cuidar de mi madre, que padecía Alzheimer. Durante 2010 tomé la decisión de vender mi casa en Reino Unido y mudarme para estar cerca de ella, que murió dos años después. Fue entonces, con toda la mudanza en marcha, cuando me di cuenta de que tenía estos dos grandes álbumes sin publicar, y que era el momento de hacerlo. Ambos suenan totalmente diferentes, lo que me enorgullece aún más. El álbum con Albert Lee es más country y rockabilly, con baladas y sonidos suaves. El álbum con Imelda May tiene mucho más de rock y R&B. Los dos son sobresalientes. Quizá mi favorito sea So Many Routes, porque está lleno de canciones originales. La primera vez que escuché la guitarra de Albert fue a principios de los ochenta. Para mí, su sonido quitaba el sentido, al servicio de un estilo rock muy Chuck Berry y tempos rockabilly. Albert era unos de los mejores del mundo en el estudio; es lo que dice mucha gente y estoy de acuerdo. Y, como persona, es muy querido y fácil de tratar.

 ¿Como influirán las nuevas composiciones de Mike Sánchez al residir en la Sierra de Madrid?

Nada va a cambiar con respecto a mi música y a mi persona. Puedo decir con certeza que seré mucho más feliz en la tierra de mis padres. Mi mujer, que es inglesa, es más que feliz aquí, y mi pequeño Louie, que empieza el colegio este septiembre, estará en un aula de quince alumnos en vez de cuarenta, que sería lo esperado en Reino Unido. Me seguiré dedicando a lo mismo. Viajar por Europa será fácil, y del clima no hace falta decir ni una palabra. En Inglaterra tengo charcas, maleza y ratas en el jardín. En España tengo naranjos, palmeras y pájaros cantando bajo el sol. ¡Incomparable! En vez de estar parado en atascos bajo un diluvio universal intentando llegar a Gatwick o Stansted, ahora me podrás pillar conduciendo.

 

Texto: El Profe

 

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