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Festival Cruïlla, Barcelona

 

 

 

 

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Ha sido algo progresivo pero la madurez le ha llegado al Cruïlla. Mucha gente, el año con más aforo, y cuatro días de festival. El jueves empezó la locura en el Parc del Fórum con un concierto gratuito de Asian Dub Foundation. El viernes y sábado el gran peso de los artistas tanto nacionales como internacionales ocupó el mismo recinto donde los hipsters emigran para congregar en mayo y disfrutar del Primavera Sound. El domingo, la versión kids del mismo traducido en 5 actuaciones en horario protegido y divididas en tan solo dos escenarios: el principal Estrella Damm y el Lounge. Otro año más que vamos a ciegas a comprar el abono sin ni siquiera saber los nombres, otro año más con sorpresas de bandas seudo desconocidas y certificaciones de pesos pesados tanto positivas como negativas. Esta edición marca el inicio de otra época para un festival de casa, un punto de inflexión para un encuentro de reducida ambición que ha roto todos los récords habidos y por haber. Cruïlla, Barcelona Summer Festival, ahora se llena de extranjeros (franceses en su mayoría), autóctonos, etnias diferentes y tribus urbanas de todos los colores. Encuentro masivo con cuatro escenarios a todo rendimiento.

VIERNES 10 DE JULIO

El año en que la pulsera cashless se ha puesto de moda, el Cruïlla se desmarca con un escenario PayPal y aquí mismo es donde nosotros empezamos nuestro peregrinaje. Vimos a unas CocoRosie con intenciones electrónicas y aires de Die Antwoord bajo un sol imponente. Cerveza y diversión que hasta las ocho calentaron los motores. Público entregado y mucha gente ya dese primera hora. Seguidamente nos mudamos al escenario principal (Estrella Damm) para deleitarnos con un Jamie Cullum totalmente acorde con el ruedo al que se enfrentaba. Conocedor ya de mil terrenos, los señores con corbata y pijas de las altas esferas lo han disfrutado en Palau de la Música y Gran Teatre del Liceu pero babear ante semejante maestro del jazz contemporáneo en una plaza que no es la suya es rendirse ante lo evidente. El jazz se caracteriza por la anarquía de las escalas musicales, Jamie es el anarquista del jazz que rinde tributo al pop y se enfrenta a sus ídolos de adolescencia retándolos e interpretando sus hits. Nos quitamos el sombrero y el sudor con su set de 90 minutos. Tras semejante aventura musical nos planteamos visitar el escenario Radio 3 para asistir a unos habituales del festival.

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                                                                                                     Jamie Cullum

 

Els Catarres presentaban un público fiel y que se sabía todas sus canciones. El mismo emplazamiento que ha vivido las mejores noches de Shellac en el PS se rendía ante el desparpajo y la sonrisa de una banda que lleva por bandera la diversión y los hits de las cadenas autonómicas. Els Catarres no son grupo de un hit y sus canciones hacen saltar y bailar incluso a los seguidores de Kendrick Lamar. Un respiro de aire fresco para un fin de semana caluroso. Mientras disfrutábamos de ellos nos llega via APP que el bajista de Of Monsters And Men (PayPal) está en el hospital y que la actuación empezará con retraso. Nos temíamos lo peor. Se redujo su actuación a la mitad pero gracias a ellos pudimos viajar de nuevo a Islandia, la mejor isla que servidor ha pisado y una oportunidad para emocionarte y sentir que es ser humano. Casi lloré en todas las canciones y sí tocaron ‘Dirty Paws’ y ‘Little Talks’. Durante menos de una hora todos fuimos Ben Stiller en Walter Mitty.

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                                                                                 Of Monsters and Men

Ante el éxtasis colectivo no pudimos ver el concierto de Mi Capitán, que en el SOS lo petaron, ni pudimos deleitarnos con una de las sorpresas del evento, Diana Fuentes. Prometemos no ser tan desconsiderados en la próxima edición. Tras ellos fuimos a bañarnos en la nostalgia y a mover nuestro cucu de la mano del actual ‘puto amo’ de los rappers: Kendrick Lamar calló muchas bocas en el Primavera Sound de 2014 y ahora venía a demostrar lo propio a otros amantes de la música. Menudo partido de futbol. 90 minutos enseñando el abecedario que tantos años han buscado Fred Durst o Eminem. Respeto y chapeau. Algo nos olíamos cuando escuchamos al James Brown actual en Spotify pero no imaginábamos que Vintage Trouble se convertiría en la actuación de la jornada e incluso del festival. Apisonadora que mezcla lo mejor de la música negra con unos riffs de infarto. Todo eso sin mencionar al frontman que gastan en directo. Puro nervio, raudales de talento e incontestables sencillos que dan envidia a cualquiera que se quiera dedicar a esto. Igual te desmontan el Cruïlla que se comen con patatas al día siguiente al BBK de Bilbao. Por problemas adscritos a la edad del suscriptor cerramos el telón sin ver a Toundra ni Capital Cities. Lástima.

 

SÁBADO 11 DE JULIO

Con una resaca considerable el abajo firmante llegó con los acordes de Milky Chance al recinto del Fórum. La segunda jornada reunía al matrimonio responsable de la gran parte de migración extranjera. El binomio Lauryn Hill y Damian Marley estaba en boca de todos. Alucinamos con la congregación que es capaz de albergar El Puchero del Hortelano (Time Out) y lo fieles que son sus seguidores. Conocían todas las letras y puso el punto cañí al encuentro. Tras divertirnos y oír sus odas al amor y desamor, Emeli Sandé abrió el Estrella Damm. Se comportó como si estuviera en el Royal Albert Hall de Londres ante un público disonante con un estilo y un deje labial dignos de las divas de antaño. Clase y soul por todos los lados. Un auténtico lujo tener a una artista de semejante rango en nuestro país. Esperemos que sea la apertura perfecta para que regresa a nuestras salas.

Tras ella no podíamos perdernos a Birth Of Joy, el lado más rockero del festival que nos regalaron rock e incluso se marcaron una versión de The Doors para que todos pasáramos por el tubo de su propuesta, una de las que nos dibujó una de las mayores sonrisas. Corriendo fuimos a disfrutar de Aloe Blacc (PayPal) otro must de este Cruilla 2015. Seguro que muchos lo confunde con John Legend aunque tanto el uno como el otro tienen un repertorio que merece un podio en la música negra actual. Beben de los más grandes y se están convirtiendo con sólidas carreras y editando trabajos acordes en aquello que más han querido y con lo que han soñado desde pequeños. Mucho mérito. Y nos fuimos al Time Out a disfrutar de Xavier Rudd. Esta vez se presentaba con su nueva encarnación junto a The United Nations. Y sí, es verdad, su música es capaz de aunar a naciones de todo el mundo unidas con el único propósito de disfrutar de música ancestral (didgeridoo incluído) adaptada a los tiempos que corren. Me recordó mucho a John Butler y entendí a la perfección porque su visita al festival sirvió a un avispado promotor para montarle al día siguiente su propio concierto en Madrid. Muy grande lo que hizo encima de las tablas. Actúa localmente pero piensa globalmente, amigo mío. Así es el señor Rudd.

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                                                                                                    Vintage Trouble

 

Y el mundo se paró…Nos tocó esperar cuarenta minutos a Ms. Lauryn Hill. Diecisiete años después de publicar ‘The Miseducation’, la que fuera cantante de The Fugees vuelve a los ruedos de la mano de su marido, uno de los mil hijos de Bob Marley, para pagar sus deudas con hacienda. Así de claro. Parece que con su actuación y su comportamiento quería demostrarnos que solo volvía por dinero. Salió tarde. Se quejó del sonido en general, del micro, de los técnicos de sonido, de sus acompañantes,…un alud de despropósitos que tras cuarenta minutos más decidimos darle una oportunidad a Guadalupe Plata tras secarnos las lágrimas de la impotencia y la rabia que nos hizo sentir Lauryn. La ‘Calle 24’ nos animó lo suficiente para que nos decidiéramos a cerrar la aventura musical del weekend con Carlos Sadness, un auténtico mojabragas de la escena barcelonesa. Mucha gente se congregó y todos conocían su repertorio. Incluso alguien de la primera fila decidió quitarse la camiseta y demostrar con efusividad su amor incondicional. Tras él y descubrir que los rumores eran ciertos, nuestro cansancio acató las órdenes y abandonamos el recinto escuchando la propuesta de FFS, el mega-combo all-star que se han montado Franz Ferdinand con Sparks, y que impactó de forma soberana a todos los asistentes.

El domingo no llegamos a ver nada pero las redes iban llenas de alabanzas a Anna Roig i l’ombre de Ton Chien y el conciertazo de Asaf Avidan. Prometemos asistir en la próxima edición. Crucemos los dedos.

Otro año más en el Cruïlla, otra experiencia que contar, un auténtico lujo de festival al lado de casa; la forma ideal de celebrar el verano y propuestas arriesgadas que si no fuera por la gente que lo organiza no habría posibilidad de ver a artistas de este nivel y que tan difíciles son de ver. Gracias Cruïlla. Nos vemos el año que viene.

Texto: Pau Peñalver

 Fotos: Luis Lecumberry

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