Encuentros

Tommy Thayer. De guitarras, relámpagos blancos y hombres del espacio.

Kiss_Palacio de los deportes 15_0024Maradona es más grande que Messi. Eso es así. Es indiscutible. Da igual que ‘El Pelusa’ se haya convertido en una caricatura de sí mismo, y que cada vez que salga en los periódicos sea por una salida de tono monumental, para burlarse de su sobrepeso, o por sucesos relacionados con escándalos en su vida privada. También da igual que ‘La Pulga’ lo haya superado técnicamente hace rato y que sus logros deportivos sean mucho más resonantes que los del propio D10s. Maradona es más grande que Messi. Eso es así. Por lo que representó en el mundo del fútbol y porque ha trascendido a lo relacionado con su profesión para convertirse en un ícono. Hay un antes y un después de su aparición. No importa si no has visto un partido en tu vida, o si no sabes exactamente cómo es la forma de un balón de fútbol; sabes quién es Maradona.
No. No estás leyendo la página web del Marca. Esto es Ruta 66, pero el paralelismo es válido porque Kiss, es Maradona. Da igual que las épocas en las que revolucionaron el rock americano hayan pasado, que su formación original se haya desmembrado bajo el peso de su propia fama, que haya resucitado y que haya vuelto a colapsar por los mismos motivos; Kiss sigue funcionando. Hoy son una institución, un motor imparable, una empresa transnacional y una máquina incansable de producir dinero. Eso sí, no fallan. Les dan a sus fans lo que quieren: diversión, himnos rockeros y un espacio en el que padres e hijos pueden coincidir cantando que quieren rock and roll toda la noche y fiesta todos los días. Están festejando sus cuarenta años con una gira mundial y a pesar que las casi dos horas de concierto se basen más en artilugios visuales, fuegos artificiales y en pantallas gigantes que en la música, han llegado a la categoría de clásicos, de mitos y de institución por mérito propio… igual que Maradona.

 

Tommy Thayer es el guitarrista desde hace más de una década; un tipo cercano, amable y consciente de su lugar en el organigrama de Kiss. Se sabe un afortunado, un tipo con uno de los mejores trabajos que puedas desear en la industria de la música. Nos encontramos en el backstage de la banda en su concierto de Barcelona. No da la mano. Choca los nudillos a modo de saludo. Es obvio que conoce la efusividad de los fans de Kiss y quiere evitar que la emoción en el saludo de alguno de ellos le lesione un dedo y tenga que apartarse de su puesto de trabajo. Eso no puede ocurrir. ‘The Show must go on’ y es consciente de eso hasta en el más mínimo detalle.

Me ofrece algo de beber, pero no hay tiempo. Hay que aprovechar los minutos entre el mini set acústico que acaba de tocar la banda en uno de los claustros interiores del Palau Sant Jordi para un reducido y afortunado grupo de fans que han pasado por taquilla VIP para estar más cerca de sus ídolos, y el ritual al que se tiene que someter para convertirse en la versión del siglo XXI del ‘Spaceman’, personaje que creó el mítico Ace Frehley. Aún debe pasar por maquillaje y embutirse en su traje espacial, y falta poco más de una hora para el show.
Uno de mis recuerdos de niño releyendo una y otra vez las contraportadas de los primeros discos de la banda era la leyenda “Kiss usa guitarras Gibson y baterías Pearl porque quieren lo mejor”. Lo ponía allí… y tú no lo dudabas. Si ellos lo decían, iba a misa. Años más tarde, después de probar muchas guitarras y acopiar otras tantas, me di cuenta que estaba de acuerdo con aquella frase. Hoy Gibson, por mediación de su empresa satélite Epiphone, homenajea a Kiss y reconoce el trabajo de su guitarrista con la ‘White Lightning’, un instrumento de edición limitada con cuya creación Tommy Thayer tuvo mucho que ver y que fue la excusa para tener esta charla con él.

 

– ¿Cómo llegas a tener este segundo modelo de guitarra signature de Epiphone?

– Hace dos años, Epiphone lanzó la primera guitarra Tommy Thayer de edición limitada, la Les Paul ‘Spaceman’. Tenía la tapa ‘silver sparkle’ y era negra en la parte posterior y en los lados. Una gran guitarra. Hicieron una tirada de mil guitarras y se agotó en seis meses. Entonces Epiphone me contactó otra vez el año pasado para hacer un nuevo modelo signature este año. Tengo muy buena relación con Jim Rosemberg, el presidente de Epiphone, conversamos habitualmente, así que fue sencillo. Cada tanto la Custom Shop de Gibson me hace guitarras con las especificaciones que quiero, me apoyan mucho con eso. El verano pasado les pedí que me hicieran una Les Paul con acabado en ‘metallic white’ con todos los accesorios cromados y pastillas Seymour Duncan GB y me hicieron dos. Una de ellas pasó a ser mi guitarra principal de escenario desde entonces. La otra está en su caja y ni siquiera fue abierta… Por razones de seguridad.

 

– Y también como una muy buena inversión para el futuro.

– Si, si… eres un tipo listo (risas).
Aquí hay que hacer un inciso para indicar que una guitarra única como esa, en el universo del coleccionismo de Kiss puede alcanzar fácilmente una cifra con cinco ceros, pero dejemos que Tommy siga contando. “Empecé a tocar esa guitarra en el tour del verano pasado, en los Estados Unidos, y cuando Epiphone me propuso hacer la segunda guitarra de edición limitada, tenía muy claro que quería una Les Paul blanca, en ‘Metallic White’. Eric Singer, el batería de Kiss es un gran coleccionista y un aficionado a la guitarra. Cuando estábamos barajando las ideas con la gente de Gibson para la guitarra blanca, le pregunté que opinaba y me dio la idea del ‘metallic white’ con todas las partes cromadas. Cuando estuvo terminada y la recibí, me dijo “deberías llamarla White Lightning”. Eric Singer es el responsable del nombre. Es una muy buena guitarra. La Epiphone White Lightning salió a la venta el mes pasado y creo que ya están casi todas vendidas… parece ser un artículo muy popular”.

 

– ¿También viene con pastillas Seymour Duncans?

– Si, pastillas Seymour Duncans GB. Antes de la Les Paul Spaceman, yo usaba pastillas Gibson 498. Los guitarristas, cada tanto, queremos probar algo nuevo y buscamos matices de sonido diferentes. Por eso las cambié. Pero básicamente es lo mismo, es una Les Paul Standard con especificaciones básicas. Lo más interesante es que tiene todos los accesorios cromados y yo también quería que tuviera el binding cromado. Cuando la estábamos diseñando, no sabíamos cómo hacerlo, porque cuando Gibson hace las guitarras, talla el espacio para el binding con la madera virgen antes incluso de pintarlas y nos dimos cuenta de que ese sistema no funcionaba con un binding de metal. Cambiamos de idea a un binding de tres capas, ‘negro, blanco y negro’. Es un acabado muy bonito y se ve genial. Estoy super feliz con la guitarra.

– ¿Usas la Epiphone White Lightning en alguna canción del show?

– Si. Casi siempre. No sé si la usaré esta noche… depende. Llevo una conmigo en la gira y la uso bastante.

– Siempre fuiste un tipo de Les Pauls, incluso cuando estabas en Black And Blue, ya usabas una. (Tommy se sorprende cuando le nombro a su banda de los 80’s)

– ¡Si! Soy un usuario fiel y convencido de Les Pauls, incluso en los locos años 80’s cuando todo el mundo usaba super strats, Charvels, Jacksons… Tengo un par de esas, pero soy más tradicional cuando se trata de guitarras y Gibson es lo que mejor me va.

 

– ¿Eres coleccionista de guitarras? ¿Tienes muchas Les Pauls?

– No estoy seguro de poder ser considerado un coleccionista ‘oficialmente’, pero tengo, como mínimo, unas veinte Les Pauls. Tengo unas treinta o cuarenta guitarras, pero no es que las coleccione, de alguna forma acabaron conmigo. Tengo un par muy cool. A mitad de los 80’s cuando nadie quería una Gibson Les Paul, había una tienda de guitarras en Hollywood que se llamaba ‘Guitar Crazy’ y tenían un montón de Les Pauls geniales y muy baratas… nadie las usaba. En 1986 les compré una Les Paul Deluxe en acabado ‘Red Wine’ por 375 dólares. Era prácticamente nada y es una guitarra increíble. Era la que tocaba en directo y solía usarla en el estudio. Ahora tengo miedo de sacarla a la carretera porque la quiero demasiado y no me gustaría que le pasara nada. Es una Deluxe (que originalmente llevan pastillas mini humbuckers), pero antes de que yo la comprara alguien la había cavado para ponerle humbuckers normales, lo que no era muy común en esa época, así que básicamente quedó como una Les Paul Standard.

 

– Con la aparición de Guns And Roses y Slash pareciera que la historia volvió a cambiar.

– Exacto. En 1987, Guns And Roses sacó su primer disco y todo cambió. Todo el mundo quería una Les Paul otra vez. Hay que darle a Slash el crédito por hacer cambiar la tendencia.

 

Lo curioso, es que aquella guitarra que usaba Slash en la época de ‘Appetitte For Destruction’, y que volvió a poner a las Gibson Les Paul en la palestra rockera, no era una Gibson, sino una réplica de una Gibson Les Paul del 59′, construida por el Luthier Kris Derrig en California. El círculo se cerró cuando, en 2010, Gibson lanzó el modelo ‘Slash Appetite’ copiando las especificaciones técnicas de aquella réplica… pero esa es otra historia que da para escribir otro artículo.

 

– ¿Cuando tocas cada noche un show de dos horas, una Les Paul no se te hace muy pesada? (El peso excesivo es la contra que algunos guitarristas le encuentran a este instrumento clásico)

– Te acostumbras. Ninguna guitarra es demasiado pesada. Además, en Kiss tocamos con los trajes, las botas y todo eso. No me preocupan un par de kilos más en la guitarra (risas).

 

– Cuando grabaste ‘Sonic Boom’ y ‘Monster’ ¿usaste Les Pauls?

– Usé mi Les Paul en algunas partes, pero principalmente usé una Gibson SG. En el estudio todo es diferente y las guitarras para grabar son animales completamente diferentes de las que usas para el directo. Para grabar, te centras en detalles más específicos del tono y del sonido. Por alguna razón encuentro que una SG, o una Gibson Explorer o Flying V son grandes guitarras para grabar porque tienen un sonido más definido y que puede controlar mejor. Las Les Paul son guitarras hermosas y evidentemente las amo, si no, no las tocaría. Pero tienen un sonido más grande y una tonalidad más amplia y en algunas ocasiones, para grabar, las cosas tienen que encajar de una manera determinada. A veces las Les Paul son ‘demasiado’, así que estoy muy conforme y tuve suerte con como funcionó mi SG en ‘Sonic Boom’ y en ‘Monster’.

 

– Eres un fan de la música de los 70’s. ¿Que tipo de guitarristas te influenciaron? ¿Tocaban Les Pauls?

– Obviamente me gustan Jimy Page, Davisd Johnston, Ronnie Montrose, Steve Marriot, Peter Frampton… todos esos tipos tocaban Les Pauls. Para mi, la Les Paul es la guitarra definitiva de rock and roll. Los que me influenciaron, a mediados de los 70’s eran la segunda generación de guitarristas de hard rock y blues. La primera generación serían Clapton, Jeff Beck, Hendrix… Ocho años después tenías a tipos como Montrose, Jimmy Page, aunque él venía de antes, arrancó en los 60’s, Ace Frehley, David Johnston…

– Acabas de nombrar a Ace, ¿cómo te sentiste cuando te pidieron que te unieras a Kiss al tener que reemplazar a un personaje tan fuerte como él? ¿Significó un reto para ti?

– Fue un reto, pero no lo pensé en términos de “¿debería hacer esto o no?”. Ser parte de Kiss es el sueño de todo niño, así que eso no fue un problema. Hay cierta presión cuando tienes que rellenar unas botas tan grandes como esas y tienes que hacer lo mejor que puedas. La gente estará mirándote con lupa y serán muy críticos con todo lo que hagas. No debes dejar que eso te afecte y simplemente salir a hacer lo mejor que puedas porque sabes que eres bueno. Es un proceso lento, porque a la gente le lleva un tiempo acostumbrarse a un tipo nuevo en la banda y reemplazando a alguien tan popular. Han pasado ya trece años y a Kiss sigue funcionando. Creo que debemos haber hecho algo bien.

– ¿Cuándo te enfrentas al material clásico de Kiss y tienes que tocar esas canciones cada noche, intentas ponerle tu toque personal, o te ciñes a las versiones originales?

– Yo… y también Paul y Gene quieren que toque las partes y los solos, lo más parecido posible de la manera en que fueron escritos y grabados. Eso también es lo que a mí me gustaría como fan. Si voy a ver una banda que ha reemplazado al guitarra, quiero escucharlo tocar el material como es. No me gusta cuando viene un tipo nuevo e intenta reinventar las canciones, porque pienso “¡Esa parte no es así, tienes que tocarla correctamente!”. Me enorgullece hacerlo así, porque esa es la piedra angular de mi trabajo, quiero hacerlo exacto.

– ¿Aprendiste los solos de los discos?

– Ya sabía muchos, porque crecí escuchando a Kiss y conocía el material. Esa fue una de las razones por las que cuando llegó el momento de incorporar un nuevo guitarrista, ni siquiera consideraron a otras personas ni hicieron audiciones con otros guitarristas. Fue casi automático, porque, primero sabían que podía tocar ese material muy bien y segundo, porque yo estaba familiarizado con el mundo Kiss y su organización.

– Porque tú ya eras parte del staff.

– Ya trabajaba con ellos y los conocía desde que con Black And Blue teloneamos a Kiss en 1985. Gene había producido dos de nuestros discos. Pero lo más importante fue que me conocían y sabían cómo era mi personalidad. Nadie quiere trabajar con una persona que no le gusta. Ellos ya habían tenido ese tipo de problemas con alguno de los guitarristas con los que habían tocado en los 80’s, ya sabes, para ellos tratar con Vinnie Vincent era muy difícil.

– Había un choque de personalidades.

– Eso no aporta nada, él era un músico muy talentoso y un gran compositor, pero era incapaz de llevarse bien con la gente, y eso no se puede sobrellevar más de un año…

– Así que cuando tuvieron que reemplazar a Ace la decisión era obvia.

– Creo que sí… deberías preguntarle eso a Gene y Paul, pero mi impresión es que pensaban que yo era el tipo con el que querían tocar.

 

– ¿Cómo es trabajar con ellos? Ya sabes, con todo lo que rodea a Kiss, hay gente que dice que solo les interesa hacer dinero.

– Mira, conozco muy bien a estos tipos y eso es pura mierda. Tengo relación con ellos desde hace treinta años. Simplemente échale un ojo a su discografía y a su éxito por más de cuarenta años. Kiss siempre fue una banda enorme. Hay que darles el crédito por hacer tanto y tomar las decisiones correctas en el camino. Han trabajado muy duro y son muy disciplinados. Todos lo somos. Eso es lo que hace que esto funcione. Todos estamos en la misma sintonía. A mí me gusta trabajar mucho, soy muy diligente y pongo mucho esfuerzo en lo que hago. Creo que ellos aprecian eso. Eric Singer es igual. Se pueden criticar algunas actitudes, pero somos como cualquier ser humano: A veces somos agradables y a veces somos gilipollas. Aceptar estas cosas puede ser difícil, pero son buenos tipos. Nadie es perfecto.

 

– Esta es la gira de cuarenta aniversario. Después de esto, ¿qué? ¿Tenéis un nuevo disco en mente? ¿Cuál es el futuro de Kiss?

– Ahora mismo no tenemos ningún tipo de plan para un disco nuevo. Eso no quiere decir que no vaya a ocurrir. El futuro de la banda es seguir pateando culos todo el tiempo que podamos. Con Kiss es interesante porque nunca sabes qué va a pasar. Hablando a largo plazo, es una banda en la que puede venir otra gente y ocupar tu sitio si lo hace bien. No estoy diciendo que ese sea el plan… pero en Kiss nunca se sabe. Estamos abiertos a un amplio abanico de posibilidades. Kiss es una banda que puede hacerlo.

Luis Lecumberry

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